CORPUS CHRISTI 2017

La fiesta del Corpus Christi ya tiene sus precedentes en los s. VII y VIII. El enfoque que los cristianos daban a la Eucaristía era algo distinto del de las épocas anteriores, y la diferencia aumentó con las controversias eucarísticas del s. IX, hasta el punto de ver en las especies eucarísticas, omitiendo todo simbolismo, la sola presencia real de Cristo. Simultáneamente, la conclusión teológica de la presencia de Cristo todo en cada una de las especies, junto con la tendencia a ver en cada rito y momento de la Misa una repetición detallada de la historia de la Pasión más que participación en el manjar sacrificial del cuerpo y la sangre de Cristo, van preparando el movimiento eucarístico que se origina. Berengario de Tours (m. 1088; v.) negó la presencia eucarística, pero su influencia fue minoritaria, debido a que su planteamiento fue racional. Son los movimientos cátaro (v.), albigense (v.) y valdense (v.), con su interpretación de la pobreza evangélica y su negación de la Eucaristía, los que por reacción influyen en el desarrollo de la devoción a la presencia real eucarística. Por parte católica se proliferan entonces abundantes milagros eucarísticos, de muchos de los cuales no se puede tener seguridad histórica. Con todo ello se fomenta inmensamente la devoción típica de estos tiempos de ver la hostia consagrada. Hubo algunos excesos, pero la prudencia de la Iglesia supo aprovechar de todo ello lo que verdaderamente había de enriquecer la auténtica piedad cristiana (V. EUCARISTÍA).


La fiesta del Corpus Christi. La fiesta se introdujo en el s. XIII y tuvo decisiva participación en ello la religiosa juliana de Rétine (v. JULIANA DE CORNILLON, BEATA), que tuvo una revelación privada según la cual el Señor deseaba la introducción de esta fiesta. Una comisión encargada por el obispo de Lieja aprobó esta visión y en 1246 se ordena su celebración en la diócesis. El papa Urbano IV, con la bula Transiturus de 11 ag. 1264, ordena la fiesta universal del Santísimo Cuerpo de nuestro Señor Jesucristo. Clemente V (m. 1314) y el conc. de Vienne confirmaron la fiesta; ahí comenzó su rápida propagación y un inmenso movimiento de piedad popular en todo el Occidente.


El centro de la fiesta había de ser, según describía Urbano IV, un culto popular en himnos y alegría (no nombra ni la Misa ni la procesión). Por eso, lo primero que se estableció fue el oficio de lecciones, antífonas, himnos y responsorios. Se conservan restos de un primer oficio, pero el que ha predominado, con ligeros retoques en la reforma tridentina, se atribuye fundadamente a S. Tomás de Aquino. Consta que el santo, a petición de Urbano IV, compuso alrededor de 1264, dos oficios, uno, provisional e incompleto, encabezado por la antífona Sapientia aedificavit y otro, completo, encabezado por la antífona Sacerdos in aeternum. Estos oficios se basaron en alguna parte en el primitivo y no es extraño que no se los coloque entre las obras del Santo; sin embargo, su presencia es bien patente en la admirable síntesis bíblicoteológica de su composición, especialmente en las oraciones y en la antífona del Magníficat O Saerum Conviviurn. Las melodías no fueron originales, pues se conserva un manuscrito de 1309 que da las melodías previas a las que los nuevos textos se adaptaron. El oficio y la Misa son de una extraordinaria riqueza, especialmente por la admirable compenetración del Antiguo y Nuevo Testamentos.


El sentido de esta fiesta parece en un primer momento una repetición del gran misterio pascual celebrado el jueves Santo. Sin embargo, allí se considera el aspecto sacrificial y aquí la presencia real. Su colocación en el tiempo de Pentecostés resalta por encima de todo la profunda realidad de la presencia de la Eucaristía en la vida de la Iglesia a partir de la presencia efectiva que en la Iglesia y en la Eucaristía tiene el Espíritu Santo, como lo vivió la Teología primera y la Iglesia oriental.


La procesión del Corpus Christi. Esta procesión no es la primera en la historia de la piedad eucarística, pues ya en el s. XI, en el norte de Europa se llevaba en la procesión del Domingo de Ramos la Eucaristía, y también con una gran piedad popular se venían haciendolas procesiones al lugar de la reserva el Jueves y Viernes Santo. Si bien Urbano IV no hablaba de la procesión con la Eucaristía, sus mismas frases la estaban describiendo y por eso casi contemporáneamente a la institución de la fiesta se dan testimonios de la procesión: en la diócesis de Colonia en 1279, Cataluña en 1314, Inglaterra en 1325 y Roma en 1350. La Eucaristía se llevó en un principio cubierta dentro de cálices, vasos o custodias cerrados o velados, pero pronto se pasó a los más diversos e ingeniosos sistemas de ostensorios (v. CUSTODIA; VASOS SAGRADOS).


Inicialmente la procesión, como se describe en el ritual romano en 1614, era sencilla y terminaba con la bendición final única. Pero, al menos fuera de Roma, pronto se unió a esta procesión eucarística otra anterior, de uso en Alemania especialmente, de bendición de los campos. Esta procesión, por no ser acto litúrgico, quedó a la libertad de las diócesis y fuera de la legislación de Roma. De este modo la procesión con el cuerpo del Señor pasa a ser una procesión con cuatro paradas en diversos altares para bendecir los campos en la dirección de los cuatro puntos cardinales y recitando los comienzos de los cuatro evangelistas. La bendición final tendría ya menos significado, aunque el uso y tradición de las distintas naciones y ciudades es diverso. El conc. de Trento vio en la procesión una manifestación y oración de acción de gracias frente a la derrota de las herejías contemporáneas que negaban la Eucaristía (Denz.Sch. 144316}4).

Esta procesión ha de estar íntimamente unida a la Eucaristía (v.) como sacrificio, en la que se consagrará la hostia que se lleva en la procesión (Ritual Romano tit. 10, can. 5, n. 2). Así los fieles no disociarán la presencia real de Cristo en la sagrada forma de su misma presencia por la Misa en la que se ha confeccionado el sacramento. Incluso si dentro de ella se diera la comunión a los enfermos, como suele hacerse en ese día, se completaría el sentido total del culto eucarístico. Esto es lo que la Iglesia ha propuesto en la Instrucción de la Sagrada Congr. de Ritos de 25 mayo 1967, Eucharisticum Mysterium, n. 59, bien recomendando que la forma que se expone a la adoración sea consagrada en el sacrificio Santerior (n. 60) a la misma procesión, bien considerándola como la procesión por excelencia, con sus cantos de acción de gracias y populares. Es una manifestación solemnísima de la Iglesia local en torno a su centro: la Eucaristía; por eso en el mismo lugar o población no debe haber más que una y en ella se han de agrupar las parroquias y religiosos, salvo los de estricta clausura (CIC 1292,1). Los ordinarios han de cuidar de que efectivamente en los tiempos actuales y circunstancias locales su organización y oportunidad sean tales que se realice con dignidad y sin menoscabo de la reverencia a tan augusto misterio.

BIBL.: M. RIGHETTI, Historia de la liturgia, I, Madrid 1951, 869874; J. PASCHER, El año litúrgico, Madrid 1965, 290309; E. DUMOUTET, Le Christ selon la chaire et vie liturgique au Moyen Áge, Beauchesne 1932; P. BROWE, Die Verehrung der Eucharistie in Mittelalter, Munich 1933; ID, Die Ausbreitung des Fronleichnamsfestes, «Jahrbuch fiir Liturgiewissenschaft» 8 (1928) 107; H. VANDENHOVEN, S. Thomas d’Aquin atil composé un office de Fétepieu?, «Paroisse et liturgie» 33 (1951) 173; L. M. J. DELAISSE, A la recherche des origines de !’office du Corpus Christi dans les ms. liturgiques, «Scriptorium» 4 (1950) 220239; C. LAMBOT, L’office de la FéteDieu, «Rev. Bénédictine» 58 (1942) 61123; R. M. GALLET, Bibliographia bij het Fest. Corporis Christi, «Studia Eucharistica» (1946) 415450; A. G. MARTIMORT, Les diverses formes de processions dans la liturgie, «La MaisonDieu» 19 (1950) 6373; F. CALLAEY, L’origine della (esta del «Corpus Domini», Rovigo 1958; B. FisEN, Origo prima festi Corporis Christi, Lieja 1628.

 

¿Se puede abrazar la vida monástica y ser monje en la actualidad?

¿Vivir en un monasterio sin ser monje? Se puede, en la Abadía benedictina de Santo Domingo de Silos (España). Los requisitos: tener entre 18 y 45 años y pensar “que el Señor te puede estar llamando a la vida monástica”. La próxima experiencia monástica se celebrará en julio de 2017.

La abadía de Santo Domingo de Silos ofrece «vivir como un monje» a hombres que se planteen la vocación

Si, después de la experiencia, alguno de los candidatos decide ingresar en el monasterio, deberá estar sujeto al horario de la abadía donde el día comienza con madrugón.

A las 06:00

Se rezan Vigilias y 40 minutos después se realiza la lectio divina, en la que “nos ponemos a la escucha orante de la palabra en el silencio y soledad de nuestra celda”, explican los monjes en su página web sermonje.eu.

A las 07:30

Los monjes rezan Laudes, donde “bendecimos y alabamos a Dios por sus maravillas y por el establecimiento de su Reino por la muerte y resurrección de su Hijo”.

A las 09:00

A esa hora llega uno de los momentos más importantes del día, la celebración de la Eucaristía, “centro de la vida de la Iglesia y de la jornada del monje”. La Misa “nos da fuerzas para el resto de día y nos ayuda a enfocarlo desde una perspectiva cristiana y monástica”.

Entre las 10:00 y las 13:45

Los religiosos de silos trabajan. “Trabajar es ofrecer nuestra vida y tiempo a Dios y a nuestros hermanos trabajando por el bien común. Es así una ofrenda de nuestro ser”.

A continuación, se sucede el rezo de Sexta, “una forma de volver a Dios tras una intensa mañana de trabajo”; y el almuerzo, en común y en silencio que para san Benito “es una imagen de la comunión eucarística en la que los hermanos parten el pan juntos”.

Tras la comida, la siesta, que proporciona al monje un tiempo de descanso que “nos permite afrontar el resto de la jornada con fuerzas renovadas”. Y seguidamente Nona, que se reza en el coro “para pedirle al Señor que siga inspirándonos al comenzar la tarde”.

Por la tarde

Entre las 16:20 y las 19:00 se vuelve al trabajo, que concluye con la oración de Vísperas (hasta las 19:45) y en la que “damos gracias a Dios por los bienes que de Él hemos recibido durante el día y recordamos la redención que Cristo ha obrado en nosotros”.

Al terminar el día

En la abadía de silos se vuelve a la lectio divina. “La Biblia es el libro del monje, donde todo lo encuentra y de donde saca cada día cosas nuevas y viejas que le ayudan a vivir como discípulo de Jesús”.

La cena, también en silencio, tiene lugar a las 20:30 horas y después hay un tiempo de recreación, donde “los monjes nos encontramos para compartir un rato de conversación, de anécdotas y de risas”, explican. “Así nos conocemos mejor y aprendemos a entendernos y a vernos como lo que somos: una familia”, añaden.

A las 21:30

En la oración de Completas “nos ponemos en manos de Dios al entrar en la oscuridad de la noche con la esperanza de que nos conceda blog la luz de un nuevo día”. Seguidamente, es el momento del “gran silencio de la noche: oración personal para el que la desee y tiempo para el sueño”.

Artículo publicado por José Calderero en Alfa y Omega

Pentecostés y la fundación de la Iglesia

Este domingo 4 de junio la Iglesia celebra la Fiesta de Pentecostés, día en que se cumplió la promesa de Cristo a los apóstoles, de que el Padre enviaría al Espíritu Santo para guiarlos en la misión evangelizador

Fiesta de Pentecostés

Originalmente se denominaba “fiesta de las semanas” y tenía lugar siete semanas después de la fiesta de los primeros frutos (Lv 23 15-21; Dt 169). Siete semanas son cincuenta días; de ahí el nombre de Pentecostés (= cincuenta) que recibió más tarde. Según Ex 34 22 se celebraba al término de la cosecha de la cebada y antes de comenzar la del trigo; era una fiesta movible pues dependía de cuándo llegaba cada año la cosecha a su sazón, pero tendría lugar casi siempre durante el mes judío de Siván, equivalente a nuestro Mayo/Junio. En su origen tenía un sentido fundamental de acción de gracias por la cosecha recogida, pero pronto se le añadió un sentido histórico: se celebraba en esta fiesta el hecho de la alianza y el don de la ley.

En el marco de esta fiesta judía, el libro de los Hechos coloca la efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles (Hch 2 1.4). A partir de este acontecimiento, Pentecostés se convierte también en fiesta cristiana de primera categoría (Hch 20 16; 1 Cor 168).

Pentecostés / Waiting for the World (CC-BY-2.0)

PENTECOSTÉS, algo más que la venida del espíritu…


La fiesta de Pentecostés es uno de los Domingos más importantes del año, después de la Pascua. En el Antiguo Testamento era la fiesta de la cosecha y, posteriormente, los israelitas, la unieron a la Alianza en el Monte Sinaí, cincuenta días después de la salida de Egipto.

Aunque durante mucho tiempo, debido a su importancia, esta fiesta fue llamada por el pueblo segunda Pascua, la liturgia actual de la Iglesia, si bien la mantiene como máxima solemnidad después de la festividad de Pascua, no pretende hacer un paralelo entre ambas, muy por el contrario, busca formar una unidad en donde se destaque Pentecostés como la conclusión de la cincuentena pascual. Vale decir como una fiesta de plenitud y no de inicio. Por lo tanto no podemos desvincularla de la Madre de todas las fiestas que es la Pascua.

En este sentido, Pentecostés, no es una fiesta autónoma y no puede quedar sólo como la fiesta en honor al Espíritu Santo. Aunque lamentablemente, hoy en día, son muchísimos los fieles que aún tienen esta visión parcial, lo que lleva a empobrecer su contenido.

Hay que insistir que, la fiesta de Pentecostés, es el segundo domingo más importante del año litúrgico en donde los cristianos tenemos la oportunidad de vivir intensamente la relación existente entre la Resurrección de Cristo, su Ascensión y la venida del Espíritu Santo.

Es bueno tener presente, entonces, que todo el tiempo de Pascua es, también, tiempo del Espíritu Santo, Espíritu que es fruto de la Pascua, que estuvo en el nacimiento de la Iglesia y que, además, siempre estará presente entre nosotros, inspirando nuestra vida, renovando nuestro interior e impulsándonos a ser testigos en medio de la realidad que nos corresponde vivir.

PENTECOSTÉS Y LA FUNDACIÓN DE LA IGLESIA

Para muchos, el primer Pentecostés cristiano evoca la fundación
de la Iglesia bajo la acción del Espíritu. Antes de dejar a sus
apóstoles, Jesús les había prometido que les enviaría el Espíritu.
Los apóstoles se reunieron en Jerusalén, para esperar su venida. El
Espíritu vino cuando estaban todos reunidos, el día del Pentecostés
judío. Además vino de una manera bastante espectacular.

Los apóstoles empezaron inmediatamente a predicar la Buena Nueva de
la salvación, y todos entendían en sus respectivas lenguas, cuando
se les predicaban las maravillas del Señor… La Iglesia había nacido
definitivamente. He aquí en unas palabras cómo muchos cristianos
se imaginan los hechos.

Pero muy pocos se preguntan por qué la Pascua está separada
de Pentecostés por un período de cincuenta días. ¿Por qué la
fundación de la Iglesia se refiere a Pentecostés, en vez de a la
Pascua?. El don del Espíritu Santo en Pentecostés, ¿significa una
especie de comienzo absoluto? ¿En qué sentido se puede decir que
la misión universal comienza verdaderamente el día de
Pentecostés? Los apóstoles, de hecho, van a dar testimonio de la
Resurrección de Cristo, pero este testimonio no les induce a
abandonar Jerusalén para ir a todas las naciones.

En resumen, tenemos que hacernos dos preguntas: por una
parte, ¿cuál es el significado profundo del espacio de tiempo que
separa la resurrección de Cristo y la fundación de la Iglesia en el
día de Pentecostés? Y, por otra, ¿es realmente la fiesta de
Pentecostés la fiesta por excelencia de la misión universal? Estas
preguntas no son secundarias. Respondiendo a ellas ayudaremos a
los cristianos a captar mejor la originalidad de su fe en Cristo
resucitado y el alcance exacto de sus responsabilidades
misioneras.

-LA FIESTA DE PENTECOSTÉS EN ISRAEL, ANIVERSARIO DE  LA ALIANZA.

En sus orígenes, la fiesta de Pentecostés fue una fiesta de
recolección, como la Pascua era la fiesta del comienzo de la siega.
Pentecostés, fiesta de recolección y, por tanto, fiesta de
abundancia, es fiesta de alegría y de acción de gracias. Pero, al
mismo tiempo que la liturgia tiende a hacerse cada vez más histórica
y cada vez menos cósmica, las grandes fiestas del pueblo judío se
van a transformar.

Cuando la Pascua deja de ser una fiesta agrícola, para
convertirse en seguida en la celebración de la liberación de Egipto,
se trata de extender esta celebración a todos los acontecimientos
que han acompañado al Éxodo. Entre ellos, el mayor acontecimiento
es evidentemente la conclusión de la alianza del Sinaí, cincuenta
días después de haber salido de Egipto. Como la fiesta de la
recogida de la cosecha se celebraba siete semanas después de la
Pascua, era una fiesta muy indicada para conmemorar la alianza.
Desde el siglo II antes de Jesucristo, esta evolución había
terminado, y Pentecostés era la gran fiesta de la alianza.

ALIANZA/PLAN-D:

La alianza es una de las realidades más
fundamentales a la que dedican su reflexión los profetas. En un
momento decisivo de la historia religiosa de Israel, la alianza ha
definido las relaciones entre Yahvé y su pueblo. El plan de Yahvé
es el liberar al pueblo escogido, a través de los acontecimientos de
su historia; pero el contrato de la alianza lleva consigo una
exigencia esencial para Israel: que a la iniciativa salvadora de
Yahvé habrá que responder con la fe.

En realidad, y desde el período de prueba del desierto, el pueblo elegido rehúsa el entrar en los caminos -es verdad que muchas veces son desconcertantes- de su Dios. Responde con la incredulidad. ¿Son por esto un fracaso los designios salvadores de Yahvé? ¿No acabará el propio Yahvé
por cansarse? Estas preguntas no han cesado de hacer reflexionar
a los profetas. Todos ellos anuncian la cólera divina, pero también
el éxito futuro del plan de Dios.

Como la fidelidad de Yahvé es eterna, los profetas expresan su
seguridad de que un día el Dios vivo suscitará un colaborador
adecuado para la alianza. La esperanza mesiánica da testimonio de
esta certeza, que se confirma sin cesar.

Meditando sobre el futuro de la alianza, los profetas hablan
gustosamente de una nueva alianza. El Espíritu de Yahvé será
derramado abundantemente sobre toda carne. Los corazones serán
transformados y la nueva ley será grabada en ellos. Los preceptos
divinos no se deberán ya aprender de los demás. La misma
creación será renovada. Yahvé aparecerá entonces como el único
Salvador de su pueblo y El hará del pueblo su testigo ante las
naciones. La fidelidad del Mesías va a permitir esta definitiva
liberación.

JESÚS DE NAZARET Y LA ALIANZA EN EL ESPÍRITU.

La proclamación del Reino inaugura los últimos tiempos. Desde la
Anunciación, el Espíritu está obrando en la vida de Jesús. En su
Bautismo intervino el Espíritu de una manera solemne para conferir
a Jesús su investidura mesiánica. Durante toda su vida pública se
multiplicaron los signos de efusión del Espíritu.

Y cuando llegó el momento supremo de la muerte en la cruz, fue también el Espíritu el que emprendió la obra por excelencia: la Resurrección. En la
sangre derramada por el Mesías se ha sellado una nueva alianza, que es la que da comienzo al tiempo del Espíritu.

Todo se ha cumplido en el sacrificio de la cruz (Jn 19, 30). La
esperanza de los profetas se ha visto colmada. La nueva alianza se
ha consumado. He aquí que ha llegado ya el tiempo en que se ha
de dar culto en espíritu y en verdad. El Espíritu habita desde ahora
en los corazones y los transforma desde el interior. El acto redentor
y expiatorio de la cruz tiene una resonancia universal.

Toda la humanidad ha sido afectada por la acción del único
Mediador de la salvación. La solidaridad universal en el pecado deja
paso a una solidaridad universal en el amor.

Y, sin embargo, si es verdad que todo se ha cumplido, no es
menos cierto que todo está aún por cumplir. El Reino no desciende
prefabricado del cielo. La alianza en el Espíritu exige que el hombre
colabore como verdadero aliado de Dios en la realización de sus
designios salvadores. Esta alianza se fundamenta en el
Hombre-Dios, que es el que abre el acceso al Padre. El Hijo único
del Padre se rodea de hijos adoptivos.

Haciéndose obediente hasta la muerte en la cruz por amor a todos los hombres, el Hombre-Dios ha inaugurado en su persona el Reino definitivo, pero no ha suprimido la condición terrena del hombre. Por el contrario, la intervención de Jesús en la historia revela al hombre la verdad de su condición terrena. Cada uno está llamado a desempeñar un papel irreemplazable en la edificación del Reino.

El tiempo del Espíritu comienza definitivamente con la
Resurrección y la Ascensión de Cristo. Por su sacrificio en la cruz,
Cristo ha dicho al Padre, de una manera perfecta, el sí «filial» de
«criatura» que salva al hombre de una vez para siempre. Este SI le
constituye a la derecha del Padre en Primogénito de la verdadera
humanidad. El diálogo entre Dios y el hombre queda ya cimentado.
El Espíritu de Dios se revela por identidad como el Espíritu del
Verbo Encarnado.

La nueva alianza ha sido sellada en el amor. El tiempo del Espíritu ha dado paso a aquel día en que Jesús pudo decir a sus apóstoles: «Recibid el Espíritu Santo» (Jn 20, 22).

PENTECOSTÉS Y EL BAUTISMO ECLESIAL EN EL ESPÍRITU.

Al ver la realidad del «costado» de Cristo, la Iglesia, que es su
Cuerpo, nace en el acto supremo del sacrificio de la cruz. Según el
testimonio de San Juan, el agua y la sangre que brotaron del
costado de Cristo cuando fue abierto por la lanza, evocan de un
modo suficiente este nacimiento. Además, desde la primera
aparición del Resucitado a sus apóstoles, lo esencial del misterio de
la Pascua ha sido ya evocado: «Como mi Padre me envió, así
también Yo os envío… Recibid el Espíritu Santo» (Jn 20, 21-22).

Pero si consideramos esta misma realidad «desde el lado» de los
apóstoles, resulta que se pasan cincuenta días desde la
Resurrección hasta la venida del Espíritu Santo sobre la primera
comunidad cristiana. Del Viernes Santo a Pentecostés, tienen lugar
una serie de acontecimientos: la resurrección, las apariciones de
Cristo resucitado, y, sobre todo, la Ascensión, que el cómputo
litúrgico fija cuarenta días después de la Pascua.

La cuestión que, por consiguiente, se plantea, es esta: ¿Por qué
el acontecimiento pascual no se ha guardado como la fecha de la
fundación de la Iglesia? Es muy comprensible que a los apóstoles
les haya hecho falta un cierto tiempo para comprender todas las
cosas que habían pasado.

Pero esta no es una razón suficiente para retardar la fecha de la fundación de la Iglesia cincuenta días. Por otra parte, nunca se ha dado esta explicación, sino que ha parecido más sencillo el decir que, de facto, el Espíritu Santo no había descendido sobre los apóstoles hasta ese día.

La verdadera razón es que los apóstoles estaban llamados a ser
los fundamentos de la Iglesia y que, para llegar a serlo, ellos tienen
que recorrer un camino espiritual, acomodando progresivamente su
fe ordinaria a la realidad de la resurrección.

pentecostesEl momento esencial de este camino es la Ascensión de Cristo.
Los apóstoles comprenden entonces que el Reino no es de este
mundo, pero que, sin embargo, se construye en este mundo, a
partir de la semilla plantada por Cristo y gracias a una tarea llamada
la misión universal. Entonces ya está todo preparado para que
aparezca en todo su esplendor el testimonio autorizado de los
discípulos acerca de la resurrección.

Este testimonio funda la Iglesia en la realidad de este mundo, porque, por vez primera, unos hombres elegidos por Cristo para eso actualizan la resurrección de Cristo, por medio de su contribución común a la realización de los designios de Dios. Por tanto, no cabe duda de que verdaderamente se ha difundido el Espíritu de Cristo.

El Pentecostés judío que evocaba la alianza del Sinaí era muy
apto para servir de punto de apoyo a la primera manifestación de la
Iglesia. En el Espíritu del Padre y del Hijo se ha sellado una nueva
alianza.descenso del espiritu santo sobre maria y los apostoles

PENTECOSTÉS Y LA MISIÓN UNIVERSAL.

Después de la venida del Espíritu Santo sobre la comunidad
reunida, los apóstoles empiezan a dar testimonio públicamente de
Cristo resucitado. Ellos han participado de su vida; han tenido esa
experiencia muchas veces, desde la Pascua de Cristo. El testimonio
de los apóstoles tiene, de derecho, un alcance universal, porque la
vida que le anima es la misma vida de Aquel que ha amado a todos
los hombres hasta el fin.

Para comprender la misión de la Iglesia, hay que volver siempre al
testimonio apostólico en sus orígenes. Los elementos esenciales
que integran la misión universal se encuentran allí.
La Iglesia cuando evangeliza propone el misterio de la
resurrección. La Iglesia vive efectivamente del misterio del que está
dando testimonio. El contenido de esta vida es un amor sin
fronteras.

baja del espiritu santo en pentecostes fondoY, sin embargo, ¡qué camino se ha recorrido si se compara el
testimonio apostólico del primer día y la misión paulina! Persuadidos
de que el retorno de Cristo es inminente y de que la Jerusalén
terrena será el escenario de esta intervención decisiva, los
apóstoles dan testimonio de Cristo resucitado, pero no abandonan
Jerusalén. Serán los acontecimiento los que les hagan ver claro
acerca de las consecuencias misioneras de su testimonio.

El martirio de Esteban prepara la evangelización de Samaria, y los
judíos que habían venido a Jerusalén se llevan la Buena Nueva a
sus tierras. Entonces se hace un llamamiento a los apóstoles.
Entran en la Iglesia los primeros paganos. Poco a poco, los
apóstoles llegan a la convicción de que el testimonio apostólico
halla su desarrollo normal en la misión. Un día la Iglesia de
Antioquía enviará a sus responsables de misión: Bernabé y Pablo
harán juntos el primer viaje apostólico.

Durante toda su historia, la Iglesia no ha dejado de reflexionar en
las implicaciones de su misión universal. San Pablo pudo pensar
que la misión entre los paganos era una obra que estaba a su
alcance. Hoy, sin embargo, comprobamos que esta obra apenas ha
comenzado; la empresa es gigantesca.

Pentecostés manifestación plena de DiosDar testimonio de Cristo resucitado es arraigar el misterio de Cristo y de su sacrificio perfecto en el corazón del dinamismo espiritual que anima a los pueblos y a las culturas. Toda la realidad humana -y con ella toda la creación- debe pasar de la muerte a la vida.

El primer Pentecostés contiene ya en germen todo el crecimiento
ulterior de la misión y las tomas de conciencia que se han
conseguido en el curso de los años. En germen, pero sólo en
germen. Lo contrario sería anormal, puesto que el tiempo del
Espíritu es el de la edificación del Reino y el de la responsabilidad
de cada uno en respuesta a la iniciativa siempre obsequiosa del
Padre.

EL PRIMER PENTECOSTÉS Y LA CELEBRACIÓN
EUCARÍSTICA.

El relato que nos hacen los Hechos de lo Apóstoles acerca del
primer Pentecostés evoca como de una manera anticipada los
frutos extraordinarios de la presencia del Espíritu en la comunidad
apostólica. Desde que el Espíritu obra en el testimonio de la
resurrección dado por los apóstoles, caen los muros de separación
existentes entre los hombres, y el obstáculo de las lenguas puede
ser superado.

Pentecostés manifestación plena de DiosEn medio del esplendor de su diversidad y de su unidad nuevamente hallada, la Iglesia completamente acabada parece encontrarse allí, como a escala reducida, el día del primer Pentecostés cristiano. Animados por el Espíritu, los hijos adoptivos del Padre se reúnen en torno al Hermano Mayor.

Este relato expresa con mucha exactitud lo que ocurre en una
celebración eucarística. La antífona de comunión de la misa de
Pentecostés está muy bien elegida para ese momento. «Todos,
llenos del Espíritu Santo, cantaban las maravillas de Dios». En la
Eucaristía, la tensión entre el presente y el futuro alcanza su
máxima intensidad. El Espíritu obra en ella como en su terreno
privilegiado. Reunidos en torno a Cristo resucitado, los hijos
adoptivos dan gracias por El, con El, en El.

Pentecostés manifestación plena de DiosLos ausentes también están, en cierta manera, presentes, porque la convocatoria universal a la salvación alcanza a todos los hombres. La
recapitulación cósmica es efectiva… «Por eso el mundo entero,
desbordante de alegría, se estremece de felicidad a través de toda
la tierra».

 

Fuente: Mercaba

Los monjes trapenses y la cerveza

“Una cerveza fabricada con saber se toma con sabiduría”. Así definen a su producto las cervecerías trapenses de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia (OCSO), la orden monástica que engloba los 18 monasterios trapenses (abadías) existentes a día de hoy. De estas 18 abadías, solo 10 elaboran cerveza. De hecho, éstas son las únicas en todo el mundo que pueden producir cerveza trapense, y deben cumplir, además, unos criterios específicos muy estrictos. Ante la intención de varias cerveceras de intentar reproducir cerveza trapense, así como también para diferenciar sus productos de las conocidas cervezas de abadía, la OCSO ha tenido que diseñar un sello exclusivo para sus productos.

Cervezas trapenses: únicas y exclusivas

Para que una cerveza sea considerada trapense, la abadía donde se elabora tiene que cumplir un conjunto de reglas muy concretas. De no cumplirlas, su producto no será considerado trapense. Estas normas, de acuerdo con el sitio web de la orden, son las siguientes:

  • La cerveza debe elaborarse dentro de las paredes de una Abadía trapense, ya sea por los mismos monjes trapenses o bajo su responsabilidad. Lo mismo sucede con los otros productos elaborados por los monjes trapenses.
  • La cervecería tiene que depender del monasterio y la cultura de empresa tiene que inscribirse en el proyecto monástico.
  • Generar beneficios no es el objetivo de la cervecería. Una parte de las ganancias se destina a la subsistencia de los monjes y al mantenimiento del monasterio; el resto se destina a financiar obras caritativas y ayudar a las personas necesitadas.

Las 10 abadías que producen cerveza trapense

A día de hoy, sólo 10 cervezas a nivel mundial tienen el logotipo de la ATP (Asociación Internacional Trapense), la institución que congrega a los 18 monasterios de la OCSO. La más conocida de esta decena de cervezas es probablemente Chimay, pero también llevan el sello Achel, La Trappe, Orval, Rochefort, Westvleteren, Westmalle, Engelszell, Zundert y Spencer. La mayoría de ellas se ubican en Bélgica, aunque Spencer está en Estados Unidos, Engelszell en Austria y La Trappe y Zundert en Los Países Bajos.

Abadía de Westvleteren, en Bélgica  // Fotografía: GNU Free Documentation License

Como hemos dicho en el apartado interior, los ingresos se destinan a cubrir las necesidades de la comunidad y los gastos sociales. La Trappe, Chimay y Westmalle son las cerveceras más grandes; las tres producen más de 100.000 hl anuales y exportan a todos los rincones del mundo. Éstas son las que más probablemente puedan asignar parte de sus ganancias a servicios sociales. Abadías más pequeñas como la Westvleteren, en cambio, sólo producen para la manutención de los monjes y del monasterio en sí. Como curiosidad, las cervezas de Westvleteren sólo se pueden comprar a través de reserva telefónica y en la misma abadía.

La gran parte de cervecerías trapenses cuentan a día de hoy con un monje que supervisa a los trabajadores, mayoritariamente laicos. A parte de la cerveza que comercializan, también suelen fabricar una cerveza denominada Enkel o Blonde, de baja graduación alcohólica y destinada al consumo interno.

Cerveza trapense vs. Cerveza de abadía

Las cervezas trapenses son inimitables. El nombre “trapense” no hace referencia a un estilo de cerveza en concreto, sino al hecho de que se elabore entre las cuatro paredes de un monasterio de los cistercienses. De hecho, aunque las cervezas más conocidas sean la Dubbel, la Tripel y la Quadruppel, los monjes bien podrían elaborar cualquier estilo de cerveza, que seguirían teniendo el logotipo de denominación de origen y se seguirían denominando trapenses.

Orval, una de las cervezas trapenses

Así pues, ninguna otra cervecería que no sea una de las diez ya mencionadas puede elaborar cerveza trapense. Es frecuente, no obstante, que algunas cervecerías intenten imitar los estilos de cerveza asociados a los cistercienses. En ese caso, las cervezas se denominan “de abadía”.

Mito o realidad: el origen de las cervezas trapenses  

De las cervezas trapenses se dice que sus recetas son milenarias. Sin embargo, la verdadera historia de los orígenes de las cervezas trapenses es que no hay verdadera historia. Sólo suposiciones.

Para empezar, de las actuales abadías, Rochefort es la única que estaba elaborando cerveza antes de 1836. Además, las recetas trapenses que han llegado a nuestros días son del siglo pasado. La Dubbel, por ejemplo, se creó en la abadía de Westmalle debido a un cambio de receta en su Brown Ale en 1926. La denominación Tripel, por su lado, nació en 1956 cuando esta misma abadía aplicó algunos cambios a la receta de su Strong Golden Ale.

De todas formas, los trapenses provienen de los cistercienses y, anteriormente, de los benedictinos, orden monástica de gran tradición histórica. La Iglesia solía monopolizar el conocimiento y la ciencia, por lo que siguiendo esta línea podría ser verdad que algunas recetas de cerveza fueran realmente antiguas. La orden benedictina y, por lo tanto, también los trapenses, siguen la regla de San Benito (480-547 d.C.), por la que “hay que vivir del trabajo de nuestras manos”. Su filosofía se basa en el trabajo manual para acercarse a Dios.

El origen de la elaboración de cerveza en los monasterios benedictinos y trapenses proviene de Monte Cassino, monasterio donde se alojaba San Benito, en el sur de Italia. Allí servían sólo vino a sus huéspedes, pero a medida que los benedictinos se fueron expandiendo por el Norte de Europa, también empezaron a producir cerveza. De hecho, en el s. VII el misionero San Columba, desde Irlanda, escribió que en el monasterio de Sankt Gall (cerca de Zurich) se elaboraban tres tipos de cerveza: una destinada a los monjes, una a los huéspedes y otra a los peregrinos. En este punto también se desvela el origen por el que en las abadías actuales se elabora la Blonde o la Enkel para el consumo interno.

Productos de La Trappe

 

Algunos datos

A principios del milenio pasado fue cuando nació la orden cisterciense. La razón cabe buscarla en la desazón que sentían algunos benedictinos al ver cómo muchos de sus monasterios ya no se regían por la regla de San Benito. El nombre que adoptaron se debe a la ciudad donde situaron su sede, en Citeaux (Francia), así como a la abadía de su fundador (Roberto de Molesmes): la Abadía de Císter.

Más tarde, ya en s. XVII, el abad Rancé, que en ese momento estaba al mando de la abadía cisterciense de La Trappe, en Francia, aplicó una reforma en su monasterio de lo más severa. Otros monasterios siguieron su reforma, agrupándose en una tercera orden monástica, la de los trapenses. El germen de la hermandad, pues, se originó en Francia, pero a raíz de la Revolución Francesa y el anticlericalismo que vino con ella, los monjes tuvieron que partir hacia otro países, dando lugar a monasterios trapenses belgas y holandeses en el siglo XVIII y XIX.

Como acabamos de ver, pues, la orden de los trapenses tiene apenas cuatro siglos detrás, pero el monasterio actual más antiguo que  elabora cerveza es más reciente. De todas formas, es probable que las recetas se transmitieran de generación en generación de monjes, y que también se traspasaran de una hermandad a otra. Sin embargo, eso es solo una suposición, de modo que la verdadera historia de la antigüedad de las cervezas trapenses continúa siendo un misterio.

 

Fuente: cerveza artesana

Bibliografía:http://www.chimay.com/eshttp://www.trappist.be/http://www.cervebel.eshttp://www.conespuma.com/

Razones para no ir a Misa y participar de la Eucaristía

Hace unos días nos pasaron este curioso artículo de la página web de una parroquia de Madrid. Esperemos que os guste y que sobre todo, nos haga pensar en la gran importancia que tiene la Eucaristía en nuestras vidas.

En un artículo anterior una amable lectora comentó que las razones que yo daba para asistir a la Misa eran válidas para los practicantes, pero echaba en falta algunos argumentos para aquellos que no lo son.

Me parece un reto difícil. Esto es algo así como explicar el juego de los colores en un cuadro de Matisse a un ciego, o la armonía del segundo movimiento de la Quinta sinfonía de Beethoven a un sordo. Para poder comunicar el gozo que se experimenta en algo hay que tener una mínima base en común; de lo contrario, las posibilidades de establecer una comunicación pueden ser prácticamente nulas. Quizá podamos probar la aproximación contraria: analizar las razones por las que alguien puede no querer ir a Misa.

¿Lo tienes todo, no te falta de nada, no necesitas nada, te crees autosuficiente?

No vayas a Misa. La Misa es para los menesterosos, los que se sienten necesitados y pobres en el corazón.

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¿No le debes nada a nadie, te has hecho a ti mismo, todo lo que tienes es solamente tuyo?

No vayas a Misa. La Misa es para los que se sienten deudores agradecidos de un Dios que es Amor, que nos ha creado gratuitamente y que nos mantiene en la existencia a cada instante con su Amor infinito.Resultado de imagen de eucaristía

¿Te sientes fuerte, poderoso, importante?

No vayas a Misa. La Misa es para los débiles, los humildes, los sencillos.Resultado de imagen de eucaristía

¿No crees en los curas, en la jerarquía, en el Papa?

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No vayas a Misa. La Misa es para los que confían en quienes han recibido una llamada de Dios a entregar su vida en el servicio a los demás, los que han acogido esa vocación a ser “otros Cristos”.

¿No tienes faltas, no sientes la necesidad de ser perdonado?

No vayas a Misa. La Misa es para los que se saben pecadores, que acuden a la fuente de la Misericordia infinita para volver a empezar.Resultado de imagen de eucaristía

¿Te da lo mismo fracasar en lo más importante de tu vida?

No vayas a Misa. La Misa es para los que tienen santo temor de Dios y buscan salvarse.Resultado de imagen de eucaristia montaña

¿Te encuentras a gusto contigo mismo, “encantado de haberte conocido”?

No vayas a Misa. La Misa es para los que conocen sus propias miserias y quieren, con ayuda de Dios, ser cada día un poquito mejores; aunque caigan varias veces en el camino, vuelven a levantarse.Resultado de imagen de misa montaña

¿No tienes inquietudes espirituales?

No vayas a Misa. La Misa es para los que buscan a Dios, pues Él está realmente presente allí.

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¿No necesitas de los demás?

No vayas a Misa. La Misa es para los que ven a los demás como hermanos y quieren compartir con ellos lo más importante de su vida.

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¿Tu alma no está sedienta?

No vayas a Misa. La Misa es para los que tienen sed de la Verdad, del Dios vivo, de la vida eterna.

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¿Crees que lo único que existe es el mundo material?

No vayas a Misa. La Misa es para los que tienen fe en la resurrección y la vida eterna.

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¿No tienes esperanza de una felicidad saciada?

No vayas a Misa. La Misa es para los que creen que van a ir al cielo para gozar eternamente del amor infinito de Dios.

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¿No necesitas del AMOR con mayúsculas en tu vida?

No vayas a Misa. La Misa es para los que se sienten amados por Dios y llevan su amor a sus semejantes.

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Fuente: Parroquia San Jorge

Sacerdotes con currículum

Ejecutivos, ingenieros, deportistas de élite y hasta corresponsales de guerra. Estos son algunos de los nuevos perfiles sacerdotales. Profesionales con una carrera brillante que un día decidieron dejar atrás puestos de dirección, buenos sueldos o una vida acomodada para seguir su verdadera vocación: el ministerio sacerdotal.

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De un tiempo a esta parte, las vocaciones adultas han dejado de ser un caso excepcional en los seminarios y ya constituyen el 25% de todos los aspirantes al sacerdocio. «El número de aspirantes con una vida hecha, es decir, mayores de 30 o 35 años- van en aumento. Hace dos décadas cuando yo entré en el seminario suponían el 10%, hoy en el Seminario Conciliar de Madrid son el 25%», explica su rector, Jesús Vidal.

El caso de José Pablo Oroz

Tiene 48 años, es licenciado en Administración de Empresas y lleva tres en el seminario diocesano de Madrid. «No tengo ninguna duda de que el Señor me llama al sacerdocio porque es la única explicación para que yo pueda vivir en el seminario por las renuncias que significa para mí. Estaba acostumbrado a una independencia económica y una vida muy distinta», asegura. José fue gerente de Compra, División y Logística de Soluziona, una consultora que fue comprada por Indra en 2007. Todo le iba bien, aunque reconoce que «siempre había tenido un anhelo espiritual» de encontrarse «con el Señor».

José Pablo Oroz fue gerente de la consultora Soluziona y ahora lleva tres años en el seminario

A los 40 años la ruptura con su novia le planteó muchos interrogantes sobre el sentido de la vida y decidió hacer un máster en Humanismo y Trascendencia en la Universidad de Comillas. Pero el detonante para decidir dar un vuelco definitivo a su vida vendría meses después en una Nochevieja en el Monasterio de Leire. «Empecé a darme cuenta de que el Señor me llamaba al sacerdocio y me dí cuenta de que en mi infancia había habido signos de esa vocación». Desde entonces se forma en el seminario diocesano de Madrid a la espera de poder ordenarse sacerdote.

Fuente: ABC

 

¿Un sacerdote elogiando públicamente a Bruno Mars? Sí, y con entusiasmo: justo cuando despegaba

Bruno Mars, pseudónimo artístico de Peter Gene Hernández Bayot, se encuentra en la cresta de la ola desde hace cinco años… y subiendo. La única incógnita, que sólo el tiempo resolverá, es si la ola durará tanto como para inscribirle en el exclusivo olimpo de los artistas a quienes admira: Elvis Presley, Prince, Michael Jackson.

Nació en Hawai (Estados Unidos) en 1985 en una familia filipino/puertorriqueña de músicos (su madre, Bernadette Hernández, murió a mediados de 2013) donde son seis hermanos, cuatro chicas y dos chicos.

Mil doscientos millones de visionados

Desde 2010 acumula números uno en las principales listas de reproducción y venta del mundo. En 2015 ha logrado un éxito avasallador con Uptown Funk, un tema de Mark Ronson cuyo vídeo oficial supera los 1200 millones de visionados en Youtube. Es el noveno más visto de la historia y se ha convertido en la gran imagen audiovisual de la música pop en el año recién concluido: casi nadie ha dejado de intentar bailarlo.

Es el gran favorito entre los cinco finalistas para ser Canción del Año en la gala de la 58ª edición de los Premios Grammy, que tendrá lugar el 15 de febrero.

La bendición del padre Mickler
Junto a Uptown Funk, entre sus principales hits figuran Locked out of Heaven y Just the way you are.

Esta última fue su primer gran sencillo superventas, y le valió un elogio público del padre Jeffrey Mickler, de la Sociedad de San Pablo, un sacerdote que, fiel al carisma de su congregación, el apostolado en los medios, difunde por internet vídeos breves y didácticos sobre cuestiones de fe y moral.

«Bruno Mars ha producido un maravilloso vídeo musical, refrescante, tierno, romántico: Just the way you are«, comentaba el padre Mickler en 2010: «A diferencia de la mayoría de los vídeos de música rock o pop, que presentan al intérprete principal rodeado de mujeres contorneantes escasamente vestidas bailando lascivamente de forma tan lujuriosa e inmoral como sea posible, aquí Bruno capta en qué consiste un amor real: cariño, respeto y una ternura que proviene de reverenciar realmente a otro ser humano».

Efectivamente, la letra de la canción transforma la inseguridad de la chica con su propio aspecto en la seguridad que el chico le transmite porque la ama tal como es: «Cuando veo tu cara, no cambiaría una sola cosa, / porque tal como eres, eres maravillosa. / Si estás buscando la perfección, / simplemente sigue siendo así«.

Bella letra, original animación

«Este vídeo es muy inteligente en su animación», valora el padre Mickler: «El cantante coge un clásico casette de música, saca la cinta y comienza a dibujar con ella la apariencia y la belleza de la mujer a la que ama. Es extraordinariamente inteligente y extraordinariamente creativo, a diferencia de la mayoría de los vídeos actuales de la industria musical, tan repetitivos en la forma en la que intentan vender sus productos».

«Espero que Bruno sea bendecido por este esfuerzo«, concluye el sacerdote, «y espero que quienes escuchen esta canción no se conformen con menos que tener un amor verdadero, tierno y que no se apague cuando lo hagan las pasiones. Que Dios os bendiga y que si buscáis un amor así, lo encontréis en vuestra vida».

Una incógnita sobre la fe

Pero Bruno no siguió por ese camino ni en todas sus canciones, donde están continuamente presentes alusiones al sexo, ni en todos sus vídeos, tan sensuales como cualesquiera otros de los que produce a diario la industria musical. El jugo que el padre Mickler quiso extraer aprovechando aquel primer gran éxito de Mars no ha perdido sin embargo su valor, ni su adecuación a aquel tema.

https://ahoramismoeditorial.files.wordpress.com/2016/12/ttut.jpg?quality=65&strip=all&w=464&resize=296%2C373Bruno no ha hecho declaraciones relevantes que desvelen sus convicciones religiosas personales. Lleva casi siempre colgada al cuello, en directos y grabaciones, una visible cruz, como también su novia, la modelo Jessica Caban, neoyorquina de padres puertorriqueños con quien sale desde 2011. Signifique hoy lo que signifique esa cruz en su vida privada, la bendición del padre Mickler la lleva ya siempre consigo.

Fuente: ReL

Confesarse con un cura vs confesarme yo sólo con Dios

Cuando se trata de acercarse al sacramento de la confesión es muy común escuchar algunos de los siguientes «motivos» para justificar su inutilidad o su inconveniencia. Estos son los 14 más habituales:

1 ¿Quién es el cura para perdonar los pecados?

Sólo Dios puede perdonarlos Sabemos que el Señor les dio ese poder a los Apóstoles; además, ese argumento lo he leído antes… precisamente en el Evangelio: lo decían los fariseos, indignados, cuando Jesús perdonaba los pecados… (consúltese Mt 9, 1-8).

2 Yo me confieso directamente con Dios, sin intermediarios

Genial … pero hay algunos «peros»que se tienen que considerar… ¿Cómo sabes que Dios acepta tu arrepentimiento y te perdona? ¿Escuchas alguna voz celestial que te lo confirma?

¿Cómo sabes que estás en condiciones de ser perdonado? Te darás cuenta de que la cosa no es tan sencilla… Una persona que roba un banco y se niega a devolver el dinero, por más que se confiese directamente con Dios o con un sacerdote, si no tiene intención de reparar el daño hecho -en este caso, devolver el dinero-, no puede ser perdonada… porque ella misma no quiere «deshacerse» del pecado.

Por otro lado, este argumento no es nuevo: hace casi 1600 años, San Agustín replicaba a quien argumentaba del mismo modo: «Nadie piense: yo obro privadamente, de cara a Dios… ¿Es que sin motivo el Señor dijo: “Lo que atareis en la tierra, será atado en el Cielo”? ¿Acaso les fueron dadas a la Iglesia las llaves del Reino de los Cielos sin necesidad? Al proceder así, frustramos el Evangelio de Dios, hacemos inútil la palabra de Cristo».

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3 ¿Por qué le voy a decir mis pecados a un hombre como yo?

Porque ese hombre no es un hombre cualquiera: tiene el poder especial para perdonar los pecados (el Sacramento del Orden). Esa es la razón por la que tienes que acudir a él.

4 ¿Por qué le voy a decir mis pecados a un hombre que es tan pecador como yo?

El problema no radica en la «cantidad» de pecados: si es menos, igual o más pecador que tú…. No vas a confesarte porque sea santo e inmaculado, sino porque te puede dar la absolución, un poder que tiene por el Sacramento del Orden, y no por su bondad. Es una suerte -en realidad, una disposición de la sabiduría divina- que el poder de perdonar los pecados no dependa de la calidad personal del sacerdote, cosa que sería terrible, ya que uno nunca sabría quién sería suficientemente santo como para perdonar. Además, el hecho de que sea un hombre y que como tal tenga pecados, facilita la confesión: precisamente porque sabe en carne propia lo que es ser débil, te puede entender mejor.

5 Me da vergüenza

Es lógico, pero hay que superarla. Hay un hecho comprobado universalmente: cuanto más te cueste decir algo, tanto mayor será la paz interior que consigas después de decirlo. Y cuesta, precisamente, porque te confiesas poco; en cuanto lo hagas con frecuencia, verás como superarás esa vergüenza.

Asímismo, no creas que eres tan original…. Lo que vas a decir, el sacerdote ya lo ha escuchado miles de veces. A estas alturas de la historia, es difícil creer que puedas inventar pecados nuevos.

Por último, no te olvides de lo que nos enseñó un gran santo: el Diablo quita la vergüenza para pecar, y la devuelve aumentada para pedir perdón. No caigas en su trampa.

6 Siempre me confieso de lo mismo

Eso no es problema. Hay que confesar los pecados que uno ha cometido, y es bastante lógico que nuestros defectos sean siempre más o menos los mismos. Sería terrible ir cambiando constantemente de defectos; además, cuando te bañas o lavas la ropa, no esperas que aparezcan manchas nuevas, que nunca antes habías tenido; la suciedad es más o menos siempre del mismo tipo. Para desear estar limpio basta con querer remover la mugre… independientemente de cuán original u ordinaria sea.

7 Siempre confieso los mismos pecados

No es verdad que sean siempre los mismos pecados: son diferentes, aunque sean de la misma especie. Si yo insulto a mi madre diez veces, no se trata del mismo insulto, cada vez es uno distinto; así como no es lo mismo matar a una persona que a diez: si asesiné a diez no es el mismo pecado, sino diez asesinatos distintos. Los pecados anteriores ya me han sido perdonados, ahora necesito el perdón de los «nuevos», es decir, de los cometidos desde la última confesión.

8 Confesarme no sirve de nada, sigo cometiendo los pecados que confieso

El desánimo puede hacer que pienses: «es lo mismo si me confieso o no, total, nada cambia, todo sigue igual». No es verdad. El hecho de que uno se ensucie, no hace concluir que es inútil bañarse. Alguien que se baña todos los días, se ensucia igual todos los días. Pero gracias a que se baña, no va acumulando mugre, y puede lucir limpio. Lo mismo pasa con la confesión. Si hay lucha, aunque uno caiga, el hecho de ir sacándose de encima los pecados hace que sea mejor. Es mejor pedir perdón, que no pedirlo. Pedirlo nos hace mejores.

9 Sé que voy a volver a pecar, lo que muestra que no estoy arrepentido

Depende… Lo único que Dios me pide es que esté arrepentido del pecado cometido y que ahora, en este momento, esté dispuesto a luchar por no volver a cometerlo. Nadie pide que empeñemos el futuro que ignoramos. ¿Qué va a pasar en quince días? No lo sé. Se me pide que tenga la decisión sincera, de verdad, ahora, de rechazar el pecado. El futuro hay que dejarlo en las manos de Dios.

10 ¿Y si el confesor piensa mal de mí?

El sacerdote está para perdonar. Si pensara mal, sería un problema suyo del que tendría que confesarse. De hecho, siempre tiende a pensar bien: valora tu fe (sabe que si estás ahí contando tus pecados, no es por él, sino porque crees que él representa a Dios), tu sinceridad, tus ganas de mejorar, etcétera.

Supongo que te darás cuenta de que sentarse a escuchar pecados, gratuitamente -sin ganar un peso-, durante horas, si no se hace por amor a las almas, no se hace. De ahí que, si te dedica tiempo, te escucha con atención, es porque quiere ayudarte y le importas. Aunque no te conozca te valora lo suficiente como para querer ayudarte a ir al Cielo.

11 ¿Y si el sacerdote después le cuenta a alguien mis pecados?

No te preocupes por eso. La Iglesia cuida tanto este asunto que aplica la pena más grande que existe en el Derecho Canónico -la excomunión- al sacerdote que se atreviera a decir algo que conoce por la confesión. De hecho hay mártires por el sigilo sacramental: sacerdotes que han muerto por no revelar el contenido de la confesión.

12 Me da pereza

Puede ser toda la verdad que quieras, pero no creo que sea un obstáculo verdadero, puesto que es bastante fácil de superar. Es como si uno dijese que hace un año que no se baña porque le da pereza…

13 No tengo tiempo

No creo que te creas que en los últimos meses no hayas tenido disponibles diez minutos para confesarte. ¿Te animarías a comparar cuántas horas de televisión has visto en ese tiempo? Multiplica el número de horas diarias que ves por el número de días.

14 No encuentro un cura

Los sacerdotes no son una raza en extinción, hay miles de ellos. En el último de los casos, en las páginas amarillas, busca el teléfono de tu parroquia; si ignoras el nombre, busca por la diócesis, así será más sencillo. De este modo podrás saber, en tres minutos como máximo, el nombre de un padre con el que te puedes confesar, e incluso concertar una cita para que no tengas que esperar…. hay incluso una app para buscar al cura más cercano.

Fuente: web católico de Javier Volpacchio

Ascensión del Señor

La ascensión de Cristo a los cielos designa la exaltación de la humanidad de Jesucristo a la gloria de la vida divina. Es uno de los misterios de Cristo, estrechamente relacionado con el de la resurrección y el del envío del Espíritu Santo, pero posee una significación teológica propia.

Este término se deriva del latín ascendere, que significa subir, dirigirse hacia arriba. En el original griego se usan varias palabras que captan este acontecimiento desde perspectivas diversas. En las fuentes del Nuevo Testamento se encuentran las siguientes expresiones: fue «exaltado» junto a Dios (cf Flp 2,9; Hch 2,33. Jn 12,32.34); fue (,glorificado» (cf. Jn 39. 17 1); ‘(entró en su gloria» (Lc 24,26); «voy – (poreúomai) al Padre» (Jn 16,28); «subo (anabaíno) al Padre» (Jn 20,17); «fue llevado (anelémñhe) al cielo y se sentó a la derecha de Dios» (Mc 16,19); «habita en el cielo» (Ef 2,20); ‘(penetró en los cielos y está sentado a la derecha del Padre» (Heb 12,2).

Hay que señalar la doble narración de Lucas: al final del evangelio se dice que el Resucitado » se separó (diéste) de ellos y fue llevado (aneféreto) hacia el cielo (Lc 24,5051); al comienzo de los hechos se afirma que «fue tomado (anelemfyheís) de entre vosotros hacia el cielo (y) volverá algún día» (Hch 1,11). Mateo no habla expresamente de la ascensión; la supone y subraya la continua presencia del Señor resucitado en medio de los suyos hasta el final del mundo (cf. Mt 28,20).

Del conjunto de estos pasajes se deduce lo siguiente: se habla de un acontecimiento que no se identifica formalmente con la resurrección como victoria de Jesús sobre la muerte; la exaltación junto a Dios, a la derecha del Padre, se atribuye algunas veces directa y activamente a Jesús («subo», «voy», «entró»), mientras que otras veces, en la forma pasiva, se le atribuye a Dios por la fuerza de su Espíritu (“fue levantado», «fue llevado hacia el cielo», etc.).

La mayor parte de los exegetas ven en la ascensión una dimensión del paso de Jesús desde este mundo hasta la vida eterna de Dios a través de la resurrección y consideran el texto de Hch 1,3- 11, donde se habla de la ascensión después de cuarenta días de haber resucitado, como un pasaje en el que Lucas desea relacionar el tiempo de Cristo con el de la Iglesia y habla del último encuentro sensible del resucitado con los discípulos.

La predicación cristiana ha incluido siempre en su anuncio de Cristo la ascensión. Hay muchos textos del Magisterio que récuerdan este contenido de fe (cf. especialmente DS 11; 30; 72; 150; etc.). Desde el s. 1V la Iglesia celebra además una solemnidad litúrgica dedicada a la misma.

La teología de los Padres ha valora do este misterio de Cristo en perspectiva: a) cristológica: con la ascensión se alcanzó la cima de la encarnación (cf., sobre esto, especialmente Hilario de Poitiers, De rrin. XI); b) antropológica: el hombre ha sido glorificado en él y ha sido llevado a la dignidad más sublime (cf. especialmente León 1, Serm. de ascensione, 73ss); c) antignóstica: la carne, la corporeidad, se ha salvado y ha sido introducida plena y definitivamente en la vida eterna del Dios incorruptible e inmortal (sobre esto cf. especialmente Ireneo, Adv. Haer. 1, 10, 1).

En la roca conservada en el santuario de la Ascensión del Señor, la tradición reconoce la huella del pie derecho de Jesús, dejada en el momento en que ascendía al cielo. Es venerada por los cristianos. La casa construida por los cruzados fue convertida en una mezquita, aunque no se utiliza para el culto a causa de los muchos peregrinos cristianos.

Entre los teólogos escolásticos se distingue santo Tomás de Aquino por el hecho de atribuir con claridad un valor salvífico al acontecimiento de la ascensión de Jesús a los cielos; este acontecimiento es causa de salvación para el hombre, porque alimenta la fe y la esperanza en Cristo, fundamento y meta de la salvación plena, escatológica (cf. 5. rh. 111, 57, 1 y 6).

La teología contemporánea dedica una especial atención al contenido teológico de la ascensión. Algunos teólogos, sobre todo del área de la Reforma, tienden a ver en los textos neotestamentarios unas narraciones mitológicas que intentan «explicar» la resurrección (W. Elert, P. Althaus, W Joest, etc.). Sin embargo, la mavor parte de ellos ve allí el testimonio de un elemento particular del acontecimiento de la glorificación de Cristo y pone de relieve lo que significa la ascensión para la esperanza cristiana.

Podemos recoger los resultados más significativos de la reflexión teológica más reciente:

  1. El cambio de la imagen del mundo en la época moderna y la problemática de la desmitificación de los textos bíblicos y de las afirmaciones de la predicación cristiana tradicional, que de aquí se ha derivado, han estimulado a la teología a centrarse únicamente en el contenido de fe del acontecimiento de la ascensión y a relativizar las imágenes y las categorías culturales con que se ha revestido. Esto se refiere tanto al «traslado» espacial y temporal del Cristo glorioso como también a las imágenes con que se ha representado la realidad de la salvación expresada en él: por ejemplo, en el «cielo» se ve a Dios y la esfera de su vida divina gloriosa y beatificante, no ya el estrato superior del edificio cosmológico del mundo; la «derecha de Dios» es la vida, la dignidad y el honor divino, etc.
  2. La ascensión tiene que relacionarse íntimamente con la resurrección como paso de Jesús de la situación de existencia de este mundo (kata sarka) a la del mundo nuevo, escatológico, impregnada de la fuerza vivificante y glorificante del Espíritu (kata pnéuma).

Sin embargo, expresa un momento y un aspecto específico de la glorificación de la humanidad de Cristo, es decir, su colocación junto a Dios, su elevación a la participación de la vida de Dios en comunión eterna con él, su exaltación por encima de todas las criaturas.

La ascensión no es un «alejamiento» de Jesucristo de su Iglesia, de su Cuerpo, de la historia humana y del mundo, sino más bien su entrada y su permanencia en una condición nueva de existencia, gracias a las cuales, por la fuerza del Espíritu divino del que está totalmente impregnada su humanidad, puede estar realmente presente a ellos a lo largo de los tiempos, aunque de una forma misteriosa, en la espera de su luminosa manifestación a todos los hombres con su venida gloriosa (cf. Flp 3,21).

La valoración de las diversas perspectivas resaltadas por la tradición cristiana, especialmente por los Padres, ha estimulado a la teología actual a ilustrar el contenido doctrinal de la ascensión en la óptica eclesiológica, antropológica y cósmica. Por lo que se refiere a la perspectiva antropológica, la reflexión teológica actual muestra que la corporeidad del hombre, que tanto se exalta y hasta se idolatra hoy bajo algunos aspectos, mientras que en otros aspectos se la profana y se la vive con tanta superficialidad, recibe de la verdad de fe de la ascensión una poderosa inyección de sentido y de esperanza.

Y por lo que se refiere a la perspectiva cósmica, indica que la inserción del hombre en el cosmos, que hoy tanto se siente, incluso a nivel de conciencia ecológica, encuentra una motivación profunda en la perspectiva de salvación garantizada y prometida por Dios en la corporeidad humana de Jesús, límite de este mundo.

 

Fuente: G.lammarrone

«Todo lo que luchamos por la vida de nuestros bebés, de verdad valió la pena»

“Todo valió la pena” es el nombre de la campaña que relata la historia de padres de familia que supieron que el hijo por nacer que esperaban difícilmente sobreviviría. A pesar de todo decidieron luchar por la vida de sus pequeños, rechazando el aborto. Ahora comparten sus historias para ayudar a otros en situaciones similares.

A través de videos cortos, madres y padres relatan cómo fue el embarazo, el momento en que diagnosticaron la enfermedad de su hijo, el nacimiento y reflexionan lo que significó esta experiencia en sus vidas.

Todo esto con el objetivo de “entregar apoyo desde nuestro testimonio y experiencia a todos los padres que decidan acompañar a sus hijos hasta el final”, describe el sitio web Valiolapena.cl.

Los padres señalan que luego de recibir un “diagnóstico desolador” se sintieron “angustiados, confundidos, tristes y abandonados por nuestro médico. No sabíamos cómo enfrentar la situación, ninguno estaba preparado para recibir esta noticia”.

“Por otro lado, la opción de realizar un aborto tampoco aliviaba nuestro dolor, pues la causa de nuestro dolor es precisamente saber que nuestro hijo va a fallecer”, agregan.

Con distintas historias pero con la misma finalidad de apoyar y amar a su hijo hasta el final, estos padres llegaron al Programa de Cuidados Paliativos Perinatales “Acompañares UC”, de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

En el equipo de profesionales multidisciplinario de Acompañares UC encontraron un acompañamiento integral: acogida, respuestas, atención durante el embarazo, el parto, postparto y en el duelo.

“Acompañares UC nos entregó esperanza, paz, amor y tranquilidad. Nos dieron la oportunidad de conocer a nuestros hijos, despedirnos transitoriamente y cuidarlos hasta sus últimos suspiros. Todo valió la pena”.

Testimonio

Sandra Velásquez relata cómo fue el diagnóstico de Valentina, su hija con anencefalia que vivió solo 57 minutos. “Con el dolor que significa una noticia como esta, decidimos seguir adelante con la gestación de nuestros hijos”, agrega.

“Uno siente que dio todo hasta el final, que no les cortó la vida, que uno optó por la vida porque nadie merece ser tratado de esa manera”.

De la misma forma, Grace Pozo relata emocionada cómo fue su experiencia con Amanda su hija gravemente enferma que falleció a los seis días de nacer.

“Si tuviese que vivir la experiencia, lo vivo de nuevo. A pesar del dolor de no tenerla físicamente pero, ella está en mi corazón. Y todo lo que luchamos de verdad valió la pena”, manifestó.

Al final del video, Grace muestra imágenes de su hija y dice: “Esta es la chiquitita que me enseñó todo lo lindo de esta vida, a valorarla, a respetarla desde mi vientre y no querer hacer ningún tipo de atentado porque venía enferma”.

Esta campaña surge mientras en el parlamento avanza la discusión del proyecto de aborto en tres causales: riesgo de vida de la madre, “inviabilidad” fetal y violación.

Fuente: ACI prensa