Contempla a Cristo que sufre en la Pasión

Cristo muerto sostenido por un ángel

Cristo muerto sostenido por un ángel es una de las pinturas más relevantes de la última etapa del pintor italiano Antonello da Messina (14301479). Está realizado en óleo y temple sobre tabla, y fue pintado hacia 147576. Se exhibe actualmente en el Museo del Prado de Madrid.

Historia

La pintura se fecha hacia 1470 y algunos expertos creen que Antonello la terminó con ayuda de su hijo Jacobello. Hacia 1965, la obra fue localizada en una colección particular de Irún (España), y se propuso su compra al Museo del Prado (Madrid). Al ser obra inédita, suscitó algunas dudas, pero posteriores estudios la han situado entre las piezas magistrales del artista. Se cuenta que previamente se había conservado en Monforte de Lemos (Galicia), a donde pudo ser llevada desde Italia por un eclesiástico de alto rango.

Descripción de la obra

Ante un paisaje luminoso, de verdes prados y árboles de copas redondas, un ángel lloroso sostiene a Cristo muerto tras la Pasión. Las figuras son proporcionadas, como pintura renacentista. Cristo está representado de manera proporcionada, siguiendo la anatomía clásica. El cuerpo está desnudo, cubierto por el paño de pudor y se ve la herida del costado, de la que sale un rastro de sangre. En la mano izquierda se ve la herida del clavo. No hay expresión de dolor en el rostro de Cristo, sino serenidad; pero sí en el del ángel que lo sostiene, marcado su rostro infantil en una ligera expresión de llanto.

Esta dramática imagen de la Pasión del primer plano choca con el paisaje tranquilo del fondo. En el manso paisaje se observan olivos verdes en segundo plano; pero, en contraste con este árbol, se distinguen calaveras y algún tronco seco erguido que contrastan con el verde de sus alrededores y la ciudad al fondo. Éste es un claro simbolismo que representa o alude al monte Calvario (del latín, o Gólgota en arameo y Κρανιου Τοπος en griego, cuyo significado es siempre calavera).

El Miserere

El Miserere —también llamado Miserere mei, Deus— es una composición creada por Gregorio Allegri en el siglo XVII durante el pontificado del papa Urbano VIII. Se trata de la musicalización del salmo 51, llamado Miserere, del Antiguo Testamento. Se compuso para ser cantado en la capilla Sixtina durante los maitines los miércoles y viernes de Semana Santa durante la Pasión. El original se canta en latín.

Historia

Allegri lo realizó hacia 1638. Está escrita para dos coros, uno de cuatro voces y otro de cinco. Uno de los coros canta una versión simple del tema original y el otro coro, a cierta distancia, canta un comentario más elaborado. Es uno de los mejores ejemplos del estilo polifónico del Renacimiento, llamado en el siglo XVII stile antico o prima prattica, y denota las influencias combinadas de la escuela romana (Palestrina) y veneciana (Andrea y Giovanni Gabrieli, el coro doble).

En un principio, se impuso una prohibición de ejecutar la obra fuera de la capilla Sixtina, incluso se amenazaba con la excomunión a quien la copiara, pese a lo cual se hicieron algunas copias. El emperador Leopoldo I de Austria solicitó y obtuvo una copia, que conservó en la Biblioteca Imperial de Viena. Sin embargo, cuando la hizo ejecutar pensó que había sido engañado. Entonces, el papa despidió al maestro de capilla de la época, quien tuvo que trasladarse a Viena para explicar las técnicas de ejecución y las improvisaciones —los llamados abbellimenti que nunca eran escritos, sino que eran pasados de intérprete a intérprete en el coro de la capilla— que según él no podían ser reflejados en el papel, a fin de poder ser contratado nuevamente. El padre Giovanni Battista Martini poseía otra copia.

En 1770 Wolfgang Amadeus Mozart con tan sólo 14 años, tras escuchar la obra tan sólo una vez, la transcribió al papel de memoria, para luego hacerle correcciones menores en una segunda ocasión. Este hecho es ampliamente recordado como muestra del genio de Mozart, quien incluso fue hecho caballero de la Orden de la Espuela de Oro por el papa al enterarse del hecho. La copia de Mozart, que reflejaba las improvisaciones, no ha sido conservada. En 1771, el Dr. Charles Burney, después de un viaje a Italia, publicó en Londres una versión de la obra, basada posiblemente en la copia de Martini, la de Mozart y, quizás, una copia obtenida de la propia capilla Sixtina.

Texto Original

El texto original fue escrito en latín:

Miserere mei, Deus: secundum magnam misericordiam tuam.

Et secundum multitudinem miserationum tuarum, dele iniquitatem meam.
Amplius lava me ab iniquitate mea: et a peccato meo munda me.
Quoniam iniquitatem meam ego cognosco: et peccatum meum contra me est semper.
Tibi soli peccavi, et malum coram te feci: ut justificeris in sermonibus tuis, et vincas cum judicaris.
Ecce enim in iniquitatibus conceptus sum: et in peccatis concepit me mater mea.
Ecce enim veritatem dilexisti: incerta et occulta sapientiae tuae manifestasti mihi.
Asperges me hysopo, et mundabor: lavabis me, et super nivem dealbabor.
Auditui meo dabis gaudium et laetitiam: et exsultabunt ossa humiliata.
Averte faciem tuam a peccatis meis: et omnes iniquitates meas dele.
Cor mundum crea in me, Deus: et spiritum rectum innova in visceribus meis.
Ne proiicias me a facie tua: et spiritum sanctum tuum ne auferas a me.
Redde mihi laetitiam salutaris tui: et spiritu principali confirma me.
Docebo iniquos vias tuas: et impii ad te convertentur.
Libera me de sanguinibus, Deus, Deus salutis meae: et exsultabit lingua mea justitiam tuam.
Domine, labia mea aperies: et os meum annuntiabit laudem tuam.
Quoniam si voluisses sacrificium, dedissem utique: holocaustis non delectaberis.
Sacrificium Deo spiritus contribulatus: cor contritum, et humiliatum, Deus, non despicies.
Benigne fac, Domine, in bona voluntate tua Sion: ut aedificentur muri Ierusalem.
Tunc acceptabis sacrificium justitiae, oblationes, et holocausta: tunc imponent super altare tuum vitulos.

Traducción al español

Ten piedad de mí, oh Dios, por tu gran bondad

De acuerdo con la multitud de tus piedades, elimina todas mis ofensas.
Lávame más de mi maldad, y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre delante de mí.
Contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos: que seas reconocido justo en tu palabra, y claro cuando sea juzgado.
He aquí, yo nací en iniquidad, y en el pecado de mi madre fui concebido.
Pero he aquí, que requieres la verdad en lo íntimo, y me haces entender la sabiduría secretamente.
Tú purifícame con hisopo, y seré limpio: Tú lávame y quedaré más blanco que la nieve.
Tú me haces oír hablar de gozo y alegría: como los huesos que han abatido mi regocijo.
No vuelvas tu rostro hacia mis pecados, y saca todas mis maldades.
Házme de un corazón limpio, oh Dios, y renueva un espíritu recto dentro de mí.
No me alejes de tu presencia, y no tomes tu Espíritu Santo de mí.
O dame la alegría de tu ayuda nuevamente: Y afírmame con tu espíritu libre.
Entonces voy a enseñar tus caminos a los malos, y los pecadores se convertirán a ti.
Líbrame del pecado sanguíneo, oh Dios, Tú que eres el Dios de mi bienestar: Y cantará mi lengua tu justicia.
Tú me abrirás los labios, oh Señor, y mi boca mostrará tu alabanza.
Pues si hubiérais querido un sacrificio, yo os lo hubiera dado: pero no os deleitéis en los holocaustos.
El sacrificio de Dios es un espíritu quebrantado: un corazón contrito y roto, oh Dios, no lo desprecies.
Que seas favorable y benigno para con Sion: para que se edifiquen los muros de Jerusalén.
Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, con los holocaustos y oblaciones: entonces se ofrecen becerros sobre tu altar.

Fuente: Wikipedia

Meditación Jueves Santo de San Juan Pablo II

1. «Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer» (Lc 22, 15).
Cristo da a conocer, con estas palabras, el significado profético de la cena pascual, que está a punto de celebrar con los discípulos en el Cenáculo de Jerusalén.

Con la primera lectura, tomada del libro del Éxodo, la liturgia ha puesto de relieve cómo la Pascua de Jesús se inscribe en el contexto de la Pascua de la antigua Alianza. Con ella, los israelitas conmemoraban la cena consumada por sus padres en el momento del éxodo de Egipto, de la liberación de la esclavitud. El texto sagrado prescribía que se untara con un poco de sangre del cordero las dos jambas y el dintel de las casas. Y añadía cómo había que comer el cordero:  «Ceñidas vuestras cinturas, calzados vuestros  pies, y el bastón en vuestra mano; (…) de prisa. (…) Yo pasaré esa noche por  la  tierra  de Egipto y heriré a todos  los  primogénitos. (…) La sangre será vuestra señal en las casas donde moráis. Cuando yo vea la sangre pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora» (Ex 12, 11-13).

Con la sangre del cordero los hijos e hijas de Israel obtienen la liberación de la esclavitud de Egipto, bajo la guía de Moisés. El recuerdo de un acontecimiento tan extraordinario se convirtió en una ocasión de fiesta para el pueblo, agradecido al Señor por la libertad recuperada, don divino y compromiso humano siempre actual. «Este será un día memorable para vosotros, y lo celebraréis como fiesta en honor del Señor» (Ex 12, 14). ¡Es la Pascua del Señor! ¡La Pascua de la antigua Alianza!

2. «Con ansia he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer» (Lc 22, 15). En el Cenáculo, Cristo, cumpliendo las prescripciones de la antigua Alianza, celebra la cena pascual con los Apóstoles, pero da a este rito un contenido nuevo. Hemos escuchado lo que dice de él san Pablo en la segunda lectura, tomada de la primera carta a los Corintios. En este texto, que se suele considerar como la más antigua descripción de la cena del Señor, se recuerda que Jesús, «la noche en que iban a entregarle, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo:  «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía». Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:  «Este cáliz es la nueva Alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que bebáis, en memoria mía». Por eso, cada que vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva» (1 Co 11, 23-26).

Con estas palabras solemnes se entrega, para todos los siglos, la memoria de la institución de la Eucaristía. Cada año, en este día, las recordamos volviendo espiritualmente al Cenáculo. Esta tarde las revivo con emoción particular, porque conservo en mis ojos y en mi corazón las imágenes del Cenáculo, donde tuve la alegría de celebrar la Eucaristía, con ocasión de mi reciente peregrinación jubilar a Tierra Santa. La emoción es más fuerte aún porque este es el año del jubileo bimilenario de la Encarnación. Desde esta perspectiva, la celebración que estamos viviendo adquiere una profundidad especial, pues en el Cenáculo Jesús infundió un nuevo contenido a las antiguas tradiciones y anticipó los acontecimientos del día siguiente, cuando su cuerpo, cuerpo inmaculado del Cordero de Dios, sería inmolado y su sangre sería derramada para la redención del mundo. La Encarnación se había realizado precisamente con vistas a este acontecimiento:  ¡la Pascua de Cristo, la Pascua de la nueva Alianza!

3. «Cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva» (1 Co 11, 26). El Apóstol nos exhorta a hacer constantemente memoria de este misterio. Al mismo tiempo, nos invita a vivir diariamente nuestra misión de testigos y heraldos del amor del Crucificado, en espera de su vuelta gloriosa.

Pero ¿cómo hacer memoria de este acontecimiento salvífico? ¿Cómo vivir en espera de que Cristo vuelva? Antes de instituir el sacramento de su Cuerpo y su Sangre, Cristo, inclinado y arrodillado, como un esclavo, lava en el Cenáculo los pies a sus discípulos. Lo vemos de nuevo mientras realiza este gesto, que en la cultura judía es propio de los siervos y de las personas más humildes de la familia. Pedro, al inicio, se opone, pero el Maestro lo convence, y al final también él se deja lavar los pies, como los demás discípulos. Pero, inmediatamente después, vestido y sentado nuevamente a la mesa, Jesús explica el sentido de su gesto:  «Vosotros me llamáis «el Maestro» y «el Señor», y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros» (Jn 13, 12-14). Estas palabras, que unen el misterio eucarístico al servicio del amor, pueden considerarse propedéuticas de la institución del sacerdocio ministerial.

Con la institución de la Eucaristía, Jesús comunica a los Apóstoles la participación ministerial en su sacerdocio, el sacerdocio de la Alianza nueva y eterna, en virtud de la cual él, y sólo él, es siempre y por doquier artífice y ministro de la Eucaristía. Los Apóstoles, a su vez, se convierten en ministros de este excelso misterio de la fe, destinado a perpetuarse hasta el fin del mundo. Se convierten, al mismo tiempo, en servidores de todos los que van a participar de este don y misterio tan grandes.

La Eucaristía, el supremo sacramento de la Iglesia, está unida al sacerdocio ministerial, que nació también en el Cenáculo, como don del gran amor de Jesús, que «sabiendo que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo» (Jn 13, 1).

La Eucaristía, el sacerdocio y el mandamiento nuevo del amor. ¡Este es el memorial vivo que contemplamos en el Jueves santo!

«Haced esto en memoria mía»:  ¡esta es la Pascua de la Iglesia, nuestra Pascua!

MISA «IN CENA DOMINI» EN LA BASÍLICA VATICANA

 HOMILÍA DEL SANTO PADRE JUAN PABLO II

Jueves santo, 20 de abril de 2000

Horarios Semana Santa

A continuación os dejamos el horario de todas las celebraciones de la Semana Santa 2017

DOMINGO RAMOS

10.30, 11.30, 13.00 y 19.30 en todas las Misas. Se entregan y bendicen gratuitamente los ramos. Si dais algo de donativo será para la Misión de Santo Domingo

MARTES SANTO

17.00-21.00 Habrá un cura confesando

JUEVES SANTO

10 Laudes

18 Misa Cena del Señor

22 Hora Santa

La liturgia de este día la prepararemos juntos el Lunes Santo después de la Misa de 19.30. ¡Venid a ayudar!

VIERNES SANTO

10 Laudes

12  Vía Crucis

18 Oficio de la Cruz

21 Oración ante la Cruz

La liturgia de este día la prepararemos juntos el Martes Santo después de la Misa de 19.30 . ¡Venid a ayudar!

SÁBADO SANTO

10Laudes

23Vigilia Pascual

La liturgia de este día la prepararemos juntos el Miércoles Santo después de la Misa de 19.30. ¡Venid a ayudar!

DOMINGO DE PASCUA

10.30, 11.30, 13.00 y 19.30 Horario habitual de misas de domingo

Horario de Semana Santa

Los 11 consejos del Papa para un buen noviazgo

Es necesario “ayudar a los jóvenes a descubrir el valor y la riqueza del matrimonio”, ha expresado el Papa Francisco en la exhortación apostólica Amoris Laetitia presentada el 8 de abril del pasado año. Para ello, dio una serie de consejos a los novios que presentamos a continuación:

1. Recuerden la importancia de las virtudes, “entre estas, la castidad resulta la condición preciosa para el crecimiento genuino del amor interpersonal”.

2. “Aprender a amar a alguien no es algo que se improvisa ni puede ser el objetivo de un breve curso previo a la celebración del matrimonio”. Cada persona se prepara para el matrimonio desde su nacimiento, aprendiendo de sus padres “lo que es un matrimonio cristiano”.

3. Comprendan que el matrimonio “es una cuestión de amor, que sólo pueden casarse los que se eligen libremente y se aman”.

5. De darse el caso, durante el noviazgo deben tener la capacidad de reconocer “incompatibilidades o riesgos” y aceptar que no es razonable apostar por una relación, para “no exponerse a un fracaso previsible con consecuencias muy dolorosas”.

6. Por ello, hablen “de lo que cada uno espera de un eventual matrimonio, de su modo de entender lo que es el amor y el compromiso, de lo que se desea del otro, del tipo de vida en común que se quisiera proyectar”.

7. Recuerden que el compromiso expresado en el matrimonio, “cuando se trata de dos bautizados, sólo pueden interpretarse como signos del amor del Hijo de Dios hecho carne y unido con su Iglesia en alianza de amor”.

8. Por tanto, este sacramento no es un momento que luego es parte del pasado y los recuerdos, sino que “ejerce su influencia sobre toda la vida matrimonial, de manera permanente”.

9. No se concentren solo en la celebración, sino dediquen sus mejores fuerzas “a prepararse como pareja para el gran paso que van a dar juntos”. Tengan la valentía de ser diferentes y no dejarse “devorar por la sociedad del consumo y de la apariencia”. “Lo que importa es el amor que los une, fortalecido y santificado por la gracia”.

10. El casamiento no es el final del camino, pues el matrimonio es “una vocación que los lanza hacia adelante, con la firme y realista decisión de atravesar juntos todas las pruebas y momentos difíciles”.

11. El día que se casen oren juntos, “el uno por el otro, pidiendo ayuda a Dios para ser fieles y generosos, preguntándole juntos a Dios qué es lo que él espera de ellos, e incluso consagrando su amor ante una imagen de María”.

Cocinar y cenar en familia

¿Quiénes son esos desconocidos que corretean por tu casa con sus mochilas llenas de libros? ¡Son tus hijos! No desperdicies ningún momento para conectar en familia, dentro de poco seremos todos demasiado mayores y, la verdad, los mejores conocimientos no se aprenden solo delante de los libros sino viviendo el modelo de Nazaret en familia. Cocinar  y cenar juntos puede ser el comienzo de una buena praxis familiar

España es el 9º país de los 42 que forman la Unión Europea y Estados Unidos donde mayor porcentaje de niños se sienten presionados por los deberes que tienen que hacer en casa, eso reduce el tiempo de ocio y de conexión en familia.

Después de pasar todo el día fuera de casa, cada uno cumpliendo con sus responsabilidades, llegamos a nuestro hogar y, en general, no nos apetece pensar mucho en qué vamos a hacer de cena porque lo sentimos como una responsabilidad más, pero, amigos, esto es un gran error. Los momentos que dedicamos a preparar la cena y reunirnos juntos, alrededor de la mesa, conforman la oportunidad perfecta para reconectar como familia y transmitir valores importantes para nosotros como la comunicación y la interiorización de responsabilidades familiares como el protocolo de poner la mesa, lo importante de recogerla o dejarlo todo a punto para el desayuno.

Disfrutar la cena en familia
  • Cocinar juntos

Puede parecer dificil a primera vista, pero enseñar a cocinar a los más pequeños de la casa puede ser una práctica familiar muy recomendable. Primero porque nos juntamos todos y segundo porque es bueno que los pequeños reconozcan el trabajo que implica hacer la comida para toda la familia. De esta manera los niños entienden que cocinar juntos es una acción buena que repercute para el bien de todos los miembros de la familia. Os dejamos a continuación algunas recetas que pueden ayudaros. Haz click aquí

  • Contar historias

Convierte el tiempo de la cena en un espacio de comunicación familiar. Es un buen momento para que tus hijos conozcan historias y anécdotas de vuestra vida, de cuando eráis pequeños como ellos o de lo que queréis conseguir en un futuro, así sentirán un vínculo mayor ya que, al conoceros más profundamente, estarán más unidos a vosotros, vuestros gustos y deseos. Igualmente hay pasajes e historias de la Biblia que pueden hacer las cenas más divertidas qtreatment intensive outpatient program nj

  • Poneros al día

¿Qué habéis hecho durante la jornada? Tendemos a pedir que los niños nos comuniquen su día a día con todo lujo de detalles, convirtiendo estos momentos en monólogos aburridos y pesados porque “mamá, es que he hecho MUCHAS COSAS”. Si compartís vuestro día a día de manera bidireccional la relación será mucho más fluida y favorecerá que los pequeños se comuniquen con naturalidad cuando lo necesiten. Frases del estilo “Pues yo hoy he ido a tomar un café con mi compañero Juan en nuestro recreo, ¿tú con quién has jugado en el tuyo?” son mucho más efectivas que “¿Con quién has jugado hoy?”.

  • Fuera móviles

Parece obvio pero pecamos de no ‘desconectarnos digitalmente’ mucho más de lo que pensamos. Si queremos generar un buen marco de comunicación, los móviles, la tele o la radio deben permanecer apagados o fuera de nuestro alcance para que no interfieran en los momentos de la familia.

Sobremesa y recoger la mesa

Inventaros algo divertido hacia el final de la cena. Una ronda de chistes o jugar a las palabras encadenadas nos permitirán crear un ambiente ameno y relajado que propiciará un sueño tranquilo y reparador.

Los niños ya saben que su responsabilidad principal es la escuela (y todos los deberes que en ella les exigen) pero no debemos dejar que piensen que eso es todo. Nosotros hacemos la compra, pagamos facturas, limpiamos la casa… y aunque pedirles esto mismo a ellos es un sinsentido, sí podemos dejar que asuman otras responsabilidades con nosotros como, por ejemplo, recoger la mesa tras la cena. Uno quita los platos sucios, otro guarda lo limpio , y mientras papá recoge las migas, ¡mamá saca la fruta de la nevera!

Y para terminar una cena redonda una ración de besos + jesusito de mi vida  ¡y a la cama!

Charlas Cuaresmales 2017

La Parroquia Santa Eugenia ha organizado un nuevo ciclo de Charlas Cuaresmales que se desarrollarán la próxima semana, desde el lunes día 3  de abril hasta el martes día 4 a partir de las 20:00 horas en los salones parroquiales (C/ Virgen de las Viñas, 15). «Tiempo de renacer vivido desde la liturgia» es el tema que centrará la reflexión de este nuevo ciclo de Charlas Cuaresmales impartido por D. Javier Sánchez Cervera, párroco de Nuestra Señora de Fuente del Fresno.  Se trata de una propuesta diocesana con más de una década de historia, que al final del tiempo cuaresmal pretende invitar a la reflexión sobre la esencia de la liturgia, la importancia de las dimensiones comunitaria y misionera de la fe y la necesidad de proponer nuevos caminos de evangelización.

D. Javier y su hermana Belén

Este ciclo de charlas culminará con la celebración comunitaria del perdón el miércoles 5 de abril  a las 20:00 horas en el templo. Estais todos invitados a participar tanto de las charlas como de la celebración penitencial comunitaria

Un terrorista se convierte y cumple su sueño: ingresar a un monasterio

Las torres gemelas en Nueva York, los atentados de Madrid, la matanza en la isla de Utoya en Noruega, las atrocidades de Boko Haram, del Califato del Estado Islámico, la reciente bomba en el metro de Santiago de Chile tienen un factor común: el odio y deshumanización que sustentan el terrorismo.

Algunos seres humanos que alguna vez ejercieron el terror logran liberar y sanar desde la maldad para nacer a una vida nueva. Dios fue y es la razón para esta resurrección en el caso del ex terrorista ETA Jean Philippe Saez…

Jean Philippe Saez fue educado en el amor a las tradiciones de sus padres y con sólo 19 años ya era un conocido virtuoso del Txistu (flauta autóctona) en el País Vasco francés. Transcurrían los años setenta cuando el etarra Domingo Iturbe Abasoloi, alias Txomin, lo captó y entrenó para hacerlo parte del primer comando operativo (Argala) de ETA. El grupo, compuesto sólo por vasco-franceses, desplegó sus primeras acciones terroristas en España durante los  años 1978 y 1979.

“En ese momento” -confesaría años después Philippe- “la ETA representaba el mito de los días gloriosos de la lucha contra Franco. Unirme a ella era una especie de exaltación para mí, pero rápidamente fui llevado a vivir en la clandestinidad”.

Pronto Philippe, que sería apodado el Txistu, descubriría el macabro sentimiento de ser protagonista del terror de ETA… participando como vigilante en al menos cuatro atentados donde sus compañeros asesinaron a siete personas: el industrial José Legaza, el magistrado José Francisco Mateu, el general Constantino Ortiz, el teniente general Luis Gómez Ortigüela, los coroneles Agustín Laso y Jesús Avelós, y el conductor Lorenzo Gómez.

Phillippe, que hubo de actuar como centinela en el último atentado a Laso, Avelós y Gómez estuvo a punto de escapar ese mismo día. Pero habría significado firmar su sentencia de muerte.

Aprovechando los meses de “silencio” que la propia organización le impuso para que pasare desapercibido una vez de regreso en Francia, se confesó, comenzó a ir regularmente a misa y en su corazón volvió a nacer la vocación perdida en la adolescencia. Ingresar como monje a la Abadía benedictina de Notre Dame de Belloc, era un anhelo recurrente en Philippe…

ETA y la Abadía

La Abadía desde sus orígenes representaba un símbolo de protección para los vascos… quizás en ello residía también el influjo que provocaba en Philippe. Había sido fundada en 1874 por un grupo de novicios vascos provenientes del monasterio de  Pierre-que-Vire, con el padre Agustín Bastres, de Lapurdi.

El primero de septiembre de aquél año todo el pueblo de Urt acompañó a los monjes hasta una vieja granja desocupada de Belloc cantando el Ongi etorri-aita onak-Jainkozko gizonak (Bienvenido sea Dios, padre bueno del hombre), según relata la enciclopedia Auñamendi.

Desde entonces el recinto, acredita una larga tradición de hospitalidad. Durante la Guerra Civil española se refugiaron allí republicanos y nacionalistas. Luego en la Segunda Guerra Mundial escondió a miembros de la resistencia y a pilotos aliados enviados por la red Orion. Como consecuencia algunos monjes dieron con sus huesos en el campo de concentración nazi de Dachau y la abadía recibió la Legión de Honor.

Así, en mayo de 1962 los monjes no vieron inconveniente en que aquel grupo de vascos de ideas independentistas realizaran su I Asamblea en la Abadía. Allí surgió ETA como “movimiento revolucionario vasco para la liberación nacional creado en la resistencia patriótica, socialista, de carácter aconfesional y económicamente independiente”. La misma organización que años después, en su V asamblea, sacralizaría la lucha armada despeñándose hacia el terrorismo.

El Hermano Philippe

El año 1982 Txistu logró que ETA aceptara su desvinculación. Libre, finalmente en septiembre de 1988, el ahora “Hermano Philippe” inició su formación monacal en la Abadía de Notre Dame de Belloc.

Siempre tuve la necesidad de vivir para Dios. Cuando pasó el tiempo me dije que ingresaría en un monasterio y ya no hablaría más de mi pasado”, señalaría escueto Philippe a quienes le buscarían en el silencio del claustro poco tiempo después. Sí, porque el pasado llegaría a cobrarle cuentas al mismo monasterio el año 1990.

La policía lo llevó detenido por su pasado etarra y desolado el prior Jean Jacques de Amestoy, señaló a los medios de comunicación que el novicio Philippe “vivía con seriedad la formación para su nueva vida de monje basada en la conversión y la oración”.

Luego, adelantando sentencia agregó que “el monasterio no puede aprobar de ningún modo lo que por esencia no puede justificarse”. Pero la justicia permitió que el futuro monje continuase su reclusión en la Abadía y el año 1997 se dictó sentencia condenándolo a diez de prisión.

Cumplida su condena el converso hermano Philippe continuaría vinculado a la Abadía. Siempre que le es posible se desplaza por la región para interpretar en parroquias música sacra con la flauta tradicional Txistu.

Fuentes: Portaluz, El País, Liberation, El correo, El tiempo
Artículo publicado originalmente en Portaluz

Cuatro claves para vivir la Cuaresma

“La Cuaresma es un tiempo de renovación para la Iglesia, para las comunidades y para cada creyente. Pero sobre todo es un ‘tiempo de gracia’”, dijo el Papa Francisco en su mensaje de este año para este período litúrgico.

Aquí cuatro claves para vivir la Cuaresma.
Claves sencillaspara vivir la Cuaresma

1. Acudir a la confesión

La Cuaresma es un muy buen momento del año para llevar a cabo una confesión preparada y de corazón. Revisa los mandamientos de Dios y de la Iglesia para poder hacer una buena confesión. Ayúdate de un libro para estructurar tu confesión. Busca el tiempo para llevarla a cabo.

Preguntas para un buen examen de conciencia 

2. Conversión del corazón

Analiza tu conducta para conocer en qué estás fallando. Establece propósitos para cumplir día a día y revisa en la noche si los lograste. Recuerda no ponerte demasiados porque te va a ser muy difícil cumplirlos todos. Que sean pocos, claros, posibles y, sobre todo, medibles. Que al final del día puedas ver claramente si los cumpliste o no.

Descubre o potencia una virtud y traza un plan para crecer en ella. Hay que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de un brinco.

Historias urbanas de conversión

3. Sacrificios para vivir la caridad

La palabra sacrificio viene del latín “sacrum-facere”, que significa «hacer sagrado». Entonces, hacer un sacrificio es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es ofrecer a Dios, porque lo amas, cosas que te cuestan trabajo.

Por ejemplo, ser amable con el vecino que no te simpatiza, ayudar a otro en su trabajo y dar limosna a los necesitados. A cada uno de nosotros hay algo que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos haciendo sacrificio.

Formas de hacer ayuno y abstinencia 

4. Sé amigo de Dios

Aprovecha estos días para orar, para platicar con Dios, para decirle que lo quieres y que quieres estar con Él. Te puedes ayudar de un buen libro de meditación para Cuaresma. Puedes leer en la Biblia pasajes relacionados con la Cuaresma o meditar los salmos. Oraciones especiales para la Cuaresma

 

Fuente: ACI

Fotos de las Confirmaciones del pasado 25 de febrero

Confirmaciones en la Parroquia

A continuación os ponemos algunas imágenes de la celebración de las Confirmaciones que tuvo lugar este pasado sábado 25 de febrero en la parroquia Santa Eugenia. Fue un día muy especial ya que 16 jóvenes de nuestra comunidad fueron ungidos con el Espíritu Santo terminando así la Iniciación Cristiana que comenzó con el Bautismo.

En este sacramento han sido fortalecidos y han dejado completar la obra del Espíritu Santo en el Bautismo. Por este sacramento, el bautizado se fortalece con el don del Espíritu Santo. Se logra un arraigo más profundo a la filiación divina, se une más íntimamente con la Iglesia, fortaleciéndose para ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra. Por él es capaz de defender su fe y de transmitirla. A partir de la Confirmación se convierten en cristianos maduros y pueden así llevar una vida cristiana más perfecta, más activa. Es el sacramento de la madurez cristiana y que  hace a los cristianos capaces de ser testigos de Cristo.

 

El resto de fotos las puedes ver en FLICKR

Miércoles de ceniza

Horarios especiales

Este miércoles habrá imposición de la ceniza a las 10 y 19:30 horas

Cuaresma 2017

La Cuaresma es un tiempo de preparación a la fiesta de Pascua y dura 40 días. Esta cuarentena nos recuerda el retiro de Jesús al desierto para rezar y meditar. Tras un periodo de ayuno y de penitencia, se celebra la Pascua el domingo siguiente a la luna llena de primavera. Como los domingos están excluidos de este periodo de penitencia, la entrada en Cuaresma se avanza al miércoles anterior al primer domingo de Cuaresma, este año el 1 de marzo. Este día está marcado por una celebración en la que el sacerdote traza una cruz con ceniza en cada fiel diciéndole: “Conviértete y cree en el Evangelio”. Por eso se le llama Miércoles de Ceniza.

El Santo Padre nos invita a vivir la Cuaresma. Haz clic aquí

Miércoles 1 de marzo de 2017

El miércoles de Ceniza recibe en la tradición litúrgica de la Iglesia el nombre de “miércoles al inicio del ayuno” (in capite ieiunii). Comienza con el austero rito de la imposición de la ceniza, y, de este modo, inaugura la Cuaresma. La Cuaresma representa, en el Año litúrgico, el ciclo de preparación a celebrar el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

El miércoles de Ceniza se halla estrechamente unido con la idea de la penitencia,  que ya se expresaba entre los hebreos cubriéndose la cabeza de ceniza y vistiéndose de aquel áspero paño llamado cilicio.

Judit, antes de emprender la ardua empresa de liberar Betulia, “entró en su oratorio y, vestida con el cilicio, cubrió de cenizas su  cabeza  y,  postrándose  delante  de  Dios, oró” (Jud 9, 1). Jesús mismo, deplorando la impenitencia de las ciudades de Corozaín y de Betsaida, dice que merecerán el mismo fin que Tiro y Sidón, si no hacen penitencia con ceniza y cilicio (Mt 11, 21).

Francisco imponiendo la ceniza

He aquí por qué Tertuliano, San Cipriano, San Ambrosio, San Jerónimo y otros Padres y escritores cristianos antiguos aluden frecuentemente a la penitencia in cinere et cilicio; y la Iglesia, cuando en los siglos V y VI organizó la “penitencia pública”, escogió la ceniza y el saco para señalar el castigo de aquellos que habían cometido pecados graves y notorios.

El período de esa penitencia canónica comenzaba precisamente en este día y duraba hasta el Jueves Santo.  En Roma del siglo VII, los penitentes se presentaban a los presbíteros, hacían la confesión de sus culpas y, si era del  caso,  recibían un vestido de cilicio impregnado de ceniza, quedando excluidos de la iglesia, con la prescripción de retirarse a alguna abadía para cumplir la penitencia impuesta en aquella Cuaresma. En otras partes, los penitentes  públicos  cumplían su pena privadamente, es decir, en su propia casa.

Era general la costumbre de comenzar la Cuaresma con la confesión, no sólo para purificar el alma, sino también para recibir más frecuentemente la sagrada Comunión. La confesión de los propios pecados estaba siempre orientada a tener “comunión con el altar”, es decir, a poder acceder al Sacramento eucarístico, pues la Iglesia vive de la Eucaristía.

El primer formulario de bendición de cenizas data del siglo XI. El rito de imponer cenizas sobre la cabeza de los penitentes, gesto de gran carga simbólica, se extendió rápidamente por Europa. Las cenizas, que provienen de la combustión de los ramos de olivo del Domingo de Ramos del año anterior,  se depositaban sobre la cabeza de los varones. A las mujeres se les hacía una cruz sobre la frente.