Noticia del Boletín 89 – Año 3, del 15 de diciembre de 2019
La costumbre de adornar un árbol para celebrar la Navidad comienza, nada más y nada menos, que en el S.VIII, cuando el obispo San Bonifacio, cerca de la fi esta del Nacimiento del Señor, vistió un abeto con luces, durante la evangelización de los pueblos de Centroeuropa que adoraban a los árboles en sus creencias paganas. Con este gesto, el santo misionero quiso dar a entender que Jesús es la verdadera Luz del mundo; una Luz que, como la hoja perenne del árbol, no pasa nunca y es para todos y para siempre.
San Bonifacio colocó también manzanas en recuerdo del pecado original vencido por el árbol de la cruz de Jesús. Hoy colocamos bolas como símbolo de los frutos de esta victoria de Jesús: nosotros mismos somos ese fruto precioso que ha brotado de Cristo, que es el Árbol de la vida.
EL PRÓXIMO DOMINGO 22 DE DICIEMBRE, EN LA EUCARISTÍA DE 11.30, inauguraremos nuestro árbol de Navidad, colocado en el Templo junto a la puerta de la sacristía. A lo largo de esta semana podéis traer vuestras bolas (una por familia), elaboradas por vosotros mismos, poniendo en ellas fotos, nombres, intenciones… para que toda nuestra Familia de Santa Eugenia quede refl ejada en este árbol, coronado por la imagen de la Sagrada Familia de Nazaret.
Todos unidos en Jesús, perenne árbol de Vida, Luz del mundo, del que se regala la salvación ayer, hoy y siempre.