Noticia del Boletín 108 – Año 3, del 7 de junio de 2020
Me llamo Adrián Gutiérrez, pero la mayoría me conoceréis como “Guti”, y os voy a contar un poquito sobre mí. Pero no sobre las actividades de las que formo parte en la Familia de Santa Eugenia, sino por qué formo parte. Y es que el otro día el padre Rubén me “pringó” para hacer esta pequeña noticia-testimonio, donde tenía que responder una pregunta que a primera vista puede parecer simple, pero una vez te pones a intentar expresarlo no lo es tanto: “¿Quién es Jesús para mí? ¿Qué significado ha tenido su paso por mi vida?”
Pues como dice la canción: “Siendo hombre, amigo, esclavo y maestro; siendo carga pesada, profesor y aprendiz” Jesús ha sido muchas cosas en mi vida, muchas de ellas sin yo saberlo. Ha sido un desconocido al que me presentaron en Comunión, sin tener la más remota idea de lo que haría cambiar mi vida. Jesús ha significado, durante mis años de aprendizaje en Preas, todos los valores más básicos que hoy en día intento poner en práctica y en los que me baso. Jesús ha sido, durante todos esos años, quien ha puesto a quienes hoy puedo llamar familia y a quienes no quiero perder por nada del mundo. Jesús ha sido ese maestro que en mis años de Confirmación me enseñó a peregrinar, interior y exteriormente, a aprender a verle donde nunca había mirado, en las personas, los detalles, la naturaleza. Me llenó de Espíritu, me dio madurez.
Pero no todo es un camino fácil, y a veces, como me pasa actualmente, andamos en un desierto, donde Jesús es un viejo amigo al que llevo un tiempo sin prestarle atención, pero en lo más profundo de mí, sé que está llamando, aunque no le haga caso. A veces ni le oigo, pero, por todo lo que ha sido para mí, simplemente escribiendo estas líneas tengo la certeza de que Él está. Ultreia.