Semana de oración por la unidad de los cristianos

Al menos una vez al año, se invita a  los cristianos a evocar la oración de Jesús para sus discípulos: «para que todos sean uno; […]; para que el mundo crea […]» (véase Juan 17,21). Los corazones se conmueven y los cristianos se reúnen para orar por su unidad.  Las congregaciones y parroquias de todo el mundo organizan intercambios de predicadores o celebraciones y cultos ecuménicos especiales.  El evento en el que tiene su origen esta experiencia única es la Semana de oración por la unidad de los cristianos.

Semana de oración por la unidad de los cristianosEsta semana de oración se celebra tradicionalmente del 18 al 25 de enero, entre las festividades de la confesión de San Pedro y la de la conversión de San Pablo.  En el hemisferio sur, en el que el mes de enero es un mes de vacaciones, las iglesias encuentran en muchas ocasiones otros momentos para celebrarla, por ejemplo en torno a Pentecostés, que también es una fecha simbólica para la unidad.

Tema para 2017:
«Reconciliación. El amor de Cristo nos apremia»

Para preparar esta celebración anual, los asociados ecuménicos de una región en particular son invitados cada año a elaborar un texto litúrgico de base sobre un tema bíblico. A continuación, un equipo internacional de editores formado por representantes del CMI y de la Iglesia católica romana pule el texto para asegurarse de que puede ser utilizado como oración en todo el mundo y de que está relacionado con la búsqueda de la unidad visible de la Iglesia.

TEXTO BÍBLICO PARA EL 2017

(2 Corintios 5, 14-20)

En todo caso, es el amor de Cristo el que nos apremia, al pensar que, si uno murió por todos, todos en cierto modo han muerto. Cristo, en efecto, murió por todos, para que quienes viven, ya no vivan más para sí mismos, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. Así que en adelante a nadie valoramos con criterios humanos. Y si en algún tiempo valoramos a Cristo con esos criterios, ahora ya no. Quien vive en Cristo es una nueva criatura; lo viejo ha pasado y una nueva realidad está presente.

Todo se lo debemos a Dios que nos ha puesto en paz con él por medio de Cristo y nos ha confiado la tarea de llevar esa paz a los demás. Porque sin tomar en cuenta los pecados de la humanidad, Dios hizo la paz con el mundo por medio de Cristo y a nosotros nos ha confiado ese mensaje de paz. Somos, pues, embajadores de Cristo y es como si Dios mismo os exhortara sirviéndose de nosotros. En nombre de Cristo os pedimos que hagáis las paces con Dios. Al que no tuvo experiencia de pecado, Dios lo trató por nosotros como al propio pecado, para que, por medio de él, experimentemos nosotros la fuerza salvadora de Dios.

oracion-por-la-unidad-de-los-cristianosLos ocho días y la celebración ecuménica

El texto 2 Co 5,14-20 da forma a las reflexiones de los ocho días, que desarrollan algunas de las enseñanzas teológicas de los diferentes versículos, como sigue:

Día 1: Uno murió por todos

Día 2: Ya no vivan más para sí mismos

Día 3: A nadie valoramos con criterios humanos

Día 4: Lo viejo ha pasado

Día 5: Una nueva realidad está presente Día 6: Dios nos ha reconciliado con él

Día 7: El ministerio de la reconciliación

Día 8: Reconciliados con Dios

En la celebración ecuménica, el hecho de que Dios ha reconciliado consigo el mundo es motivo para celebrar. Pero esto también tiene que incluir nuestra confesión de pecado antes de escuchar la proclamación de la Palabra y beber del profundo pozo de la misericordia de Dios. Solo entonces podremos dar testimonio ante el mundo de que la reconciliación es posible.

El texto es publicado conjuntamente por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el CMI, a través de su Comisión de Fe y Constitución, que también acompaña todo el proceso de producción del texto. El resultado final se envía a las iglesias miembros del CMI y a las conferencias episcopales católicas romanas, a las que se invita a que traduzcan y contextualicen o adapten el texto para su propio uso.cartel-de-la-semana-de-oracion-por-la-unidad-de-los-cristianos

Apremiados a dar testimonio y ser unidad

El amor de Cristo nos apremia a orar, pero también a ir más allá de nuestras oraciones por la unidad entre los cristianos. Las Iglesias y las congregaciones necesitan el don de la reconciliación con Dios como fuente de vida. Pero aún más, lo necesitan para su testimonio común ante el mundo: «Te pido que todos vivan unidos. Como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos estén en nosotros. De este modo el mundo creerá que tú me has enviado» (Juan 17, 21).

El mundo necesita embajadores de reconciliación que rompan barreras, construyan puentes, hagan la paz, abran puertas a nuevas formas de vida en el nombre de aquel que nos reconcilió con Dios, Jesucristo. Su Espíritu Santo nos conduce por el camino de la reconciliación en su nombre.

Mientras se escribía este texto en 2015, muchas personas e Iglesias en Alemania practicaban la reconciliación ofreciendo hospitalidad a los numerosos refugiados que llegaban de Siria, Afganistán, Eritrea y de países de los Balcanes occidentales, buscando protección y una nueva vida. La ayuda concreta y las importantes acciones que se llevaron a cabo contra el odio al extranjero fueron un claro testimonio de reconciliación para la población alemana. Como embajadores de reconciliación, las Iglesias ayudaron activamente a los refugiados a encontrar nuevas viviendas y, al mismo tiempo, intentaban mejorar las condiciones de vida en sus países de origen. Actos concretos de ayuda son tan necesarios como orar juntos por la reconciliación y la paz si queremos que aquellos que están escapando de situaciones terribles puedan tener algo de esperanza y de consuelo.

¡Que la fuente de la gracia reconciliadora de Dios pueda manar en la Semana de Oración de este año, de modo que muchas personas puedan encontrar paz y se puedan construir puentes! ¡Que muchas personas e Iglesias sean apremiadas por el amor de Cristo a vivir vidas reconciliadas y a derribar los muros que dividen!

Fuente: Oikumene y Vatican