Noticia del Boletín 70 – Año 2, del 5 de mayo de 2019
Cuando oímos hablar de quienes son los encargados de llevar la Palabra de Dios al mundo, de evangelizar, quizá lo primero que se nos vengan a la cabeza sean misioneros, sacerdotes, voluntarios de ONGs como por ejemplo Cáritas, o cualquier grupo de acción como los de voluntariado que tenemos en nuestra parroquia, sea del tipo que sea. Pero detrás de todos estos grupos de personas que quieren llevar a Dios a las personas de manera activa, palpable, hay otros grupos que quizá pasan desapercibidos, y se dedican a una vida contemplativa.
Un ejemplo de ello que nuestros jóvenes de la parroquia tuvieron el privilegio de conocer fueron las monjas consagradas de Iesu Communio, en Burgos. Allí conocieron a estas hermanas que dedican su vida plenamente a la oración.
El convento está abierto los fines de semana a cualquiera que quiera compartir con las hermanas su tiempo. Allí los jóvenes compartieron una oración con ellas a su llegada. Después tuvieron la oportunidad de hacer un intercambio de preguntas e inquietudes con ochenta de ellas, por parte de ambos lados, pues algunas de las hermanas conocen nuestra Familia de Santa Eugenia. Se trataron temas como las vocaciones, la llamada, en qué consiste su vida diaria, o como viven la fraternidad ellas.
La visita terminó con una oración donde el centro era La Virgen, una Madre, como dijeron ellas, a la que “no hace falta que sepas rezar; simplemente con postrarte a sus pies Ella ya conoce tus problemas, como un niño pequeño que, a sus pies, le tira del pantalón o la falda y ya es suficiente para Ella”
Quizá no lleven la Palabra y el ejemplo de Jesús de manera activa, pero sí con toda la carga y el amor que supone el rezar por todo el mundo, enviando sus plegarias a los demás. Incluso aunque no reces o no sepas rezar, ellas lo hacen por ti, por puro amor. Y esto es la obra del Espíritu, que habita en lo escondido; en este caso, en el convento de las Iesu Communio, en un pueblecito de Burgos.