Es importante que el sexo sea algo que ambos disfruten. Háblenlo juntos y, sobre todo, ¡disfruten el uno del otro! Empieza con un masaje.
Intimidad
Sepa que el sexo no empieza en el dormitorio. Cuida de ti mismo y del otro, por ejemplo, saliendo juntos un fin de semana, yendo a bailar o a comer juntos. Entonces, hacéis algo juntos y a menudo os sentís más íntimos.
Atmósfera
Déjate llevar por el humor, solo o acompañado. Presta atención a cosas como la temperatura, la iluminación, la música, los olores, los cuidados (externos)...
Roles
Deshazte de los roles sexuales fijos, como el activo, el pasivo y el iniciador.
Placer
Lo importante es el placer que tú y tu pareja tenéis juntos, no el rendimiento. Deja de lado todas las cosas que "deberías" hacer, como tener un orgasmo, practicar sexo al menos tres veces a la semana o que una buena sesión debería durar al menos media hora.
Comunicación
Deja que la gente sepa lo que necesitas y lo que te hace feliz. Esto puede hacerse con palabras, pero también puedes coger la mano de tu pareja y mostrarle lo que te gusta.
Sea flexible
Una vez el sexo puede ser muy excitante y embriagador, otra vez puede ser muy cómodo y otra vez puede ser muy poco significativo.
Sea práctico y, sobre todo, creativo
¿Se enfrenta a obstáculos prácticos? Hay muchos caminos hacia Roma, incluso en la cama. La hora y el lugar no tienen por qué ser fijos. Tenga en cuenta sus circunstancias personales y adáptese a ellas. ¿Duermen los niños en tu habitación y esto te desanima? Y luego tener sexo con ellos en la sala de estar. ¿Está agotado por el trabajo nocturno? Entonces tómate la mañana libre.
Probar cosas nuevas
Sé aventurero y prueba cosas nuevas. Aporta variedad a tu forma de hacer el amor, da un masaje erótico. Inspírate en libros, películas y sitios web eróticos.
Juguetes
Prueba herramientas o juguetes sexuales. Ve a un sex shop, solo o con tu pareja, o busca en un sex shop en Internet. Puede que haya algo que le atraiga.
Toque
Tócate de vez en cuando o durante mucho tiempo. Variar la forma y la intensidad de las caricias crea intimidad y también tensión. Cuando las caricias forman parte del contacto cotidiano, el paso hacia los mimos y el sexo suele ser menor. Recuerda que el sexo no es sólo placer, sino también intimidad, contacto y erotismo.