¿Conoces el primer graffiti de la historia que se reía del Cristianismo?

En 1857 es desenterrado en el Monte Palatino, el edificio denominado “Domus Gelotiana” y junto a él se descubrió, el que iba a ser conocido como el “graffiti de Alexamenos”. Este graffiti encontrado en un muro en el monte Palatino, una de las siete famosas colinas de Roma, es la primera representación  pictórica conocida de la crucifixión de Jesús y la primera blasfemia cristiana conocida. La imagen representa a un hombre con cabeza de burro que estaría crucificado y a su izquierda hay un hombre que levanta una mano, bajo este gráfico hay una leyenda escrita en griego: “Αλεξαμενος σεβετε θεον”, Alexamenos adora a [su] dios.

“Αλεξαμενος σεβετε θεον”, Alexamenos adora a [su] dios.
Es sabido que el mundo intelectual y popular grecoromano acusaba a la incipiente Iglesia primitiva de “antropofagia” (comer carne humana) en sus reuniones; clara referencia a la “fracción del pan” como se llamaba en ese entonces a la Eucaristía; y otra de las pocas conocidas era de “onolatria” (adoración de un asno), tal es la confirmación de esta calumnia con este grafito donde con burla a Alexamenos se lo quiere ridiculizar en su fe.

Desde esta primitiva figura grabada en un grafito hasta los últimos aportes de la tecnología al servicio del cine, donde con burla e ignorancia en películas como por ejemplo “El Código Da Vinci” de Dan Brown, se hace un continuo acto de ridiculez de nuestras creencias y prácticas como creyentes, o marcando un oscuro camino de sospechas y de mentiras en el surgimiento de nuestra fe.

Es verdad que muchas de las causas por las cuales la Iglesia es perseguida y atacada se deben a las debilidades y escándalos de sus miembros, que nada tienen que ver con el seguimiento a Jesús, pero por otra parte, es verdad que en la mayoría de los casos la Iglesia es continuamente atacada y descalificada por sus creencias y por el estilo de vida, valido y creíble, que propone ante tantas ofertas que hoy el mundo ofrece.

“Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el Reino de los Cielos”.
(Mt 5,10)

La opción por una vida consagrada, el valor de la fidelidad, el respeto por la vida en todos sus órdenes, la vivencia de una sana sexualidad, la superación de nuestros egoísmos para salir en busca del prójimo, el perdón, el amor a nuestros enemigos, la valentía de anunciar y proclamar nuestra fe, todo esto solamente se vive y se entiende en lo que Juan Pablo II llamo la “lógica del amor” ante la “lógica del mal”, disfrazada de un progreso de las libertades individuales, que el mundo continuamente propone.

El graffiti de Alexamenos detalla en su dibujo, a un hombre con cabeza de burro crucificado, alterando la verdadera figura, transformándola en “más” grotesca e inaceptable para el mundo grecoromano. Los graffitis de hoy no solo son imágenes sino también voces y sonidos, donde en un festín de secuencias y momentos se rebaja y ridiculiza, se descalifica y vulgariza lo que muchos amamos y elegimos. Se altera y se desfigura nuestras creencias, parcializando nuestro mensaje, a modo de hacernos “intolerantes”, “retrógrados”, “medievales” y “cuadrados”, tal las expresiones que hoy en día circulan, hijas de estas grandes vidrieras mediáticas donde todo está bien y todo es aceptable.

Los «Alexamenos» de hoy

Somos para esta corriente, hombres con cabeza de burro que adoramos a Otro con cabeza de burro, y que en el fondo les diría sinceramente “y a mucha honra”, sus burlas, sus continuos ataques no hacen más que fortalecer y enraizar más nuestra fe. Nos hace abrazar más nuestro compromiso con Dios y con el hombre, y ser más diligente con el hermano más necesitado y alejado.

San Pablo nos decía:

“nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos”.

Pidamos como Iglesia esa fuerza y esa sabiduría que solo viene de Dios, para no renunciar a este mensaje en medio de tantas adversidades, y escribamos y dibujemos en el grafito de todos los hombres, que es su corazón, el verdadero rostro de Dios que es amor y que nos ama. Que los obstáculos del mundo nos ayuden a todos los cristianos a ser más fieles, auténticos y humanos para la felicidad del hombre y la gloria de Dios.

 

Fuente: email