Fotos de las Confirmaciones del pasado 25 de febrero

Confirmaciones en la Parroquia

A continuación os ponemos algunas imágenes de la celebración de las Confirmaciones que tuvo lugar este pasado sábado 25 de febrero en la parroquia Santa Eugenia. Fue un día muy especial ya que 16 jóvenes de nuestra comunidad fueron ungidos con el Espíritu Santo terminando así la Iniciación Cristiana que comenzó con el Bautismo.

En este sacramento han sido fortalecidos y han dejado completar la obra del Espíritu Santo en el Bautismo. Por este sacramento, el bautizado se fortalece con el don del Espíritu Santo. Se logra un arraigo más profundo a la filiación divina, se une más íntimamente con la Iglesia, fortaleciéndose para ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra. Por él es capaz de defender su fe y de transmitirla. A partir de la Confirmación se convierten en cristianos maduros y pueden así llevar una vida cristiana más perfecta, más activa. Es el sacramento de la madurez cristiana y que  hace a los cristianos capaces de ser testigos de Cristo.

 

El resto de fotos las puedes ver en FLICKR

Miércoles de ceniza

Horarios especiales

Este miércoles habrá imposición de la ceniza a las 10 y 19:30 horas

Cuaresma 2017

La Cuaresma es un tiempo de preparación a la fiesta de Pascua y dura 40 días. Esta cuarentena nos recuerda el retiro de Jesús al desierto para rezar y meditar. Tras un periodo de ayuno y de penitencia, se celebra la Pascua el domingo siguiente a la luna llena de primavera. Como los domingos están excluidos de este periodo de penitencia, la entrada en Cuaresma se avanza al miércoles anterior al primer domingo de Cuaresma, este año el 1 de marzo. Este día está marcado por una celebración en la que el sacerdote traza una cruz con ceniza en cada fiel diciéndole: “Conviértete y cree en el Evangelio”. Por eso se le llama Miércoles de Ceniza.

El Santo Padre nos invita a vivir la Cuaresma. Haz clic aquí

Miércoles 1 de marzo de 2017

El miércoles de Ceniza recibe en la tradición litúrgica de la Iglesia el nombre de “miércoles al inicio del ayuno” (in capite ieiunii). Comienza con el austero rito de la imposición de la ceniza, y, de este modo, inaugura la Cuaresma. La Cuaresma representa, en el Año litúrgico, el ciclo de preparación a celebrar el misterio de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

El miércoles de Ceniza se halla estrechamente unido con la idea de la penitencia,  que ya se expresaba entre los hebreos cubriéndose la cabeza de ceniza y vistiéndose de aquel áspero paño llamado cilicio.

Judit, antes de emprender la ardua empresa de liberar Betulia, “entró en su oratorio y, vestida con el cilicio, cubrió de cenizas su  cabeza  y,  postrándose  delante  de  Dios, oró” (Jud 9, 1). Jesús mismo, deplorando la impenitencia de las ciudades de Corozaín y de Betsaida, dice que merecerán el mismo fin que Tiro y Sidón, si no hacen penitencia con ceniza y cilicio (Mt 11, 21).

Francisco imponiendo la ceniza

He aquí por qué Tertuliano, San Cipriano, San Ambrosio, San Jerónimo y otros Padres y escritores cristianos antiguos aluden frecuentemente a la penitencia in cinere et cilicio; y la Iglesia, cuando en los siglos V y VI organizó la “penitencia pública”, escogió la ceniza y el saco para señalar el castigo de aquellos que habían cometido pecados graves y notorios.

El período de esa penitencia canónica comenzaba precisamente en este día y duraba hasta el Jueves Santo.  En Roma del siglo VII, los penitentes se presentaban a los presbíteros, hacían la confesión de sus culpas y, si era del  caso,  recibían un vestido de cilicio impregnado de ceniza, quedando excluidos de la iglesia, con la prescripción de retirarse a alguna abadía para cumplir la penitencia impuesta en aquella Cuaresma. En otras partes, los penitentes  públicos  cumplían su pena privadamente, es decir, en su propia casa.

Era general la costumbre de comenzar la Cuaresma con la confesión, no sólo para purificar el alma, sino también para recibir más frecuentemente la sagrada Comunión. La confesión de los propios pecados estaba siempre orientada a tener “comunión con el altar”, es decir, a poder acceder al Sacramento eucarístico, pues la Iglesia vive de la Eucaristía.

El primer formulario de bendición de cenizas data del siglo XI. El rito de imponer cenizas sobre la cabeza de los penitentes, gesto de gran carga simbólica, se extendió rápidamente por Europa. Las cenizas, que provienen de la combustión de los ramos de olivo del Domingo de Ramos del año anterior,  se depositaban sobre la cabeza de los varones. A las mujeres se les hacía una cruz sobre la frente.

 

Confirmaciones

Hoy sábado, tenemos, en la parroquia, la celebración del sacramento de la Confirmación a las 19:30.

Para saber más de la Confirmación

1285 Con el Bautismo y la Eucaristía, el sacramento de la Confirmación constituye el conjunto de los «sacramentos de la iniciación cristiana», cuya unidad debe ser salvaguardada. Es preciso, pues, explicar a los fieles que la recepción de este sacramento es necesaria para la plenitud de la gracia bautismal (cf Ritual de la Confirmación, Prenotandos 1). En efecto, a los bautizados «el sacramento de la Confirmación los une más íntimamente a la Iglesia y los enriquece con una fortaleza especial del Espíritu Santo. De esta forma quedan obligados aún más, como auténticos testigos de Cristo, a extender y defender la fe con sus palabras y sus obras» (LG 11; cf Ritual de la Confirmación, Prenotandos 2):

I. La Confirmación en la Economía de la salvación

1286 En el Antiguo Testamento, los profetas anunciaron que el Espíritu del Señor reposaría sobre el Mesías esperado (cf. Is 11,2) para realizar su misión salvífica (cf Lc 4,16-22; Is61,1). El descenso del Espíritu Santo sobre Jesús en su Bautismo por Juan fue el signo de que Él era el que debía venir, el Mesías, el Hijo de Dios (Mt 3,13-17; Jn 1,33- 34). Habiendo sido concedido por obra del Espíritu Santo, toda su vida y toda su misión se realizan en una comunión total con el Espíritu Santo que el Padre le da «sin medida» (Jn 3,34).

1287 Ahora bien, esta plenitud del Espíritu no debía permanecer únicamente en el Mesías, sino que debía ser comunicada a todo el pueblo mesiánico (cf Ez 36,25-27; Jl 3,1-2). En repetidas ocasiones Cristo prometió esta efusión del Espíritu (cf Lc 12,12; Jn 3,5-8; 7,37-39; 16,7-15; Hch 1,8), promesa que realizó primero el día de Pascua (Jn 20,22) y luego, de manera más manifiesta el día de Pentecostés (cf Hch 2,1-4). Llenos del Espíritu Santo, los Apóstoles comienzan a proclamar «las maravillas de Dios» (Hch 2,11) y Pedro declara que esta efusión del Espíritu es el signo de los tiempos mesiánicos (cf Hch 2, 17-18). Los que creyeron en la predicación apostólica y se hicieron bautizar, recibieron a su vez el don del Espíritu Santo (cf Hch 2,38).

1288 «Desde […] aquel tiempo, los Apóstoles, en cumplimiento de la voluntad de Cristo, comunicaban a los neófitos, mediante la imposición de las manos, el don del Espíritu Santo, destinado a completar la gracia del Bautismo (cf Hch 8,15-17; 19,5-6). Esto explica por qué en la carta a los Hebreos se recuerda, entre los primeros elementos de la formación cristiana, la doctrina del Bautismo y de la la imposición de las manos (cf Hb 6,2). Es esta imposición de las manos la que ha sido con toda razón considerada por la tradición católica como el primitivo origen del sacramento de la Confirmación, el cual perpetúa, en cierto modo, en la Iglesia, la gracia de Pentecostés» (Pablo VI, Const. apost. Divinae consortium naturae).

1289 Muy pronto, para mejor significar el don del Espíritu Santo, se añadió a la imposición de las manos una unción con óleo perfumado (crisma). Esta unción ilustra el nombre de «cristiano» que significa «ungido» y que tiene su origen en el nombre de Cristo, al que «Dios ungió con el Espíritu Santo» (Hch 10,38). Y este rito de la unción existe hasta nuestros días tanto en Oriente como en Occidente. Por eso, en Oriente se llama a este sacramento crismación, unción con el crisma, o myron, que significa «crisma». En Occidente el nombre de Confirmación sugiere que este sacramento al mismo tiempo confirma el Bautismo y robustece la gracia bautismal.

Fotos de la Cena del Hambre

Os queremos dar las gracias a todos los que participasteis en esta simbólica cena tanto preparándola, como buscando los testimonios, etc. A continuación os dejamos algunas fotos de la Cena del Hambre que tuvimos este fin de semana pasado en la Parroquia.

También podeis ver las fotos en nuestra cuenta de Flickr

Escuela de surf integra a personas con síndrome de Down y autismo

Escuela de surf
Escuela de surf «Olas de Esperanza» / Foto: Facebook Claudio Augusto Morales
Es domingo en la ciudad de Antofagasta, norte de Chile, y Felipe Pereira (21) se levanta entusiasta porque irá a la playa Paraíso a disfrutar del mar junto a sus amigos y a aprender de los instructores de la escuela de surf. Para los niños y jóvenes con síndrome de Down, esto más que un deporte… es sumergirse en “Olas de Esperanza”.

“Olas de Esperanza” es el nombre de la escuela de surf  gratuita que dirige Claudio Morales, Catalina Daniels y Pablo Marín, chilenos aficionados al deporte marino que comenzaron hace cinco años con esta aventura de amor.

Luego de golpear muchas puertas y asesorarse con especialistas para lograr la financiación, porque era una empresa absolutamente nueva en el país, comenzaron su primera clase con seis tablas y seis trajes.

Hoy Claudio, Catalina y Pablo junto a otros voluntarios reciben cada domingo, de diciembre a febrero, hasta 15 niños con síndrome de Down, asperger y autismo y les dan clases completamente personalizadas y adaptadas a la condición de cada niño.

Felipe es un joven muy sociable que baila folklore, va a natación y trabaja en el taller de panadería de su escuela. Él comentó a ACI Prensa que lo que más le gusta de las clases de surf es “pararme arriba de la tabla y tomar las olas. Me gusta el mar.  Me agrada mucho ir”. Respecto a los instructores agregó: “me encanta su cariño, me encantan las cosas que hacen”.

 En conversación con ACI Prensa, Catalina explicó que estas personas “te desafían a cambiar. No puedes seguir siendo el mismo”.

“Ellos son un tremendo ejemplo de cómo el amor es el motor de las mejores cosas, de los mejores momentos, del mejor esfuerzo. La mejor inversión es el afecto y con ellos es increíble”

Catalina, que tuvo un encuentro con Jesús hace algunos años, dijo que “e que conoce a Cristo, a Jesús que por misericordia entró en tu vida, no puede ser el mismo. Tienes que ser mejor, más cariñoso, más comprensivo, más tolerante, porque ellos lo son”.

La importancia del Surf y la integración

El surf requiere fuerza, equilibrio, agilidad y mucha técnica. Pero lo más difícil, reconocen los iniciadores de “Olas de Esperanza”, está en la relación entre el instructor y la persona con síndrome de Down; está en romper las barreras de la discriminación para dar paso a la integración.

“La gran mayoría de los chilenos nunca ha conversado son un síndrome de Down, nunca le han dado la mano. Entonces, llegan voluntarios muy motivados pero el primer día se quedan sin habla, no saben cómo actuar, tratan de ayudar, pero incluso se quedan paralizados”, explicó Claudio a ACI Prensa.

Por eso, en “las clases se ríen, cuentan chistes, conversan, ellos tienen esa mística. Lo pasan increíble, flotan, reman, hacemos dinámicas de grupo, toman la tabla. Ellos han demostrado que pueden mucho y han superado muchas dificultades propias de su condición”, precisó.

practicas3_bakioCatalina explicó que el problema radica en la discriminación y falta de integración propio del “ciudadano común” y más aún, “creo que cuando se perdió el valor de la familia, de la escuela y de la Iglesia pasó esto”.

“Ellos nacieron luchando con la frustración, nacieron con el pie izquierdo. Nos costó mucho encontrar apoyo en las empresas. ¿Por qué no vemos promotoras con síndrome de Down? Porque la belleza de nuestros alumnos es una belleza atípica y nadie la quiere en sus portadas (…) Chile es un país que crea discapacidad”

La recomendación de Catalina es que las personas se acerquen a Dios porque “para dar amor tienes que estar con el Creador del amor (…) Cuando tú tienes amor, necesitas entregarlo, plasmarlo, hacerlo real”.

surf-como-terapia-para-el-autismo-y-el-síndrome-de-down-730x410Claudio agregó que los “grandes ganadores” de Olas de Esperanza son ellos, “los voluntarios porque los niños con síndrome de Down te llenan el corazón de una forma increíble. Yo creo que a todos los voluntarios les cambia la visión de la vida”.

Fuente: Aciprensa

Y tú ante los males de nuestro tiempo, ¿eres indiferente?

Habrás oído decir que la indiferencia es el mayor mal de nuestros tiempos. El video que os proponemos a continuación ilustra muy bien esta realidad, ya que nos invita a despertar de la apatía que la sociedad ha desarrollado frente a una de las realidades más crueles e injustas de nuestro tiempo, recordándonos del comportamiento del hombre frente a otro de los eventos más tristes de la historia de la humanidad.peoplecellphones-960x623

Recordar el Holocausto es motivo de que se nos encoja el corazón: recordar cuánto sufrieron los prisioneros de los campos de concentración, del mal del que fue capaz el hombre, de cómo “se hicieron los de la vista gorda” las personas que no querían enterarse de lo que estaba pasando, etc. Un evento que la humanidad juzgó por lamentable. Gracias a Dios fuimos capaces de condenar a nivel mundial un error tan espeluznante, pero es una pena que tuvieran que morir tantos.

Este potente corto «Sing a Litttle Louder» (basado en una historia real) nos invita a reflexionar sobre la situación ante la que estamos: la humanidad nuevamente ha vuelto a considerar bueno asesinar a personas inocentes. En efecto, estamos viviendo un segundo Holocausto. ¿Cantaremos más alto?

La neutralidad, para aquellos que sufren el aborto, es condena segura.

¿Cuántos más niños tendrán que morir antes de que nuestra sociedad condene el aborto? En años puede no sonar a muchos (¿10 años? ¿Tal vez 15?) Pero, ¿y en vidas? ¿60 millones de niños? ¿100?

Ante una situación como esta hay solo dos opciones: denunciar el aborto o no denunciar el aborto, esto es, atender a los llamados de auxilio de los prisioneros o cantar para que no se les escuche. Y sí, repito que son las únicas opciones. No nos dejemos engañar por falsas ideas de “neutralidad” que lo que buscan es tranquilizar la conciencia; en temas como estos cuando lo que se pondera es la vida (y en especial la vida de un inocente incapaz de defenderse) no existe la neutralidad. Recordemos aquel pasaje bíblico en donde Poncio Pilato, ante la pregunta de si matar al Señor Jesús, se lava las manos. La neutralidad, para aquellos que no tienen voz, es condena segura.

abortoSeamos voz para aquellos que no la tienen. Hoy en día existen muchas asociaciones pro-vida que buscan, desde distintos ámbitos, fomentar la cultura de la vida: buscan dar recursos a las madres que no tienen dinero suficiente para mantener a sus hijos que van a nacer, buscan cambiar las leyes para que el matar a bebés no sea un negocio para nadie, buscan promover el testimonio de madres jóvenes que continuaron su embarazo, etc. Seguro que en la iglesia a la que vas a misa hay algún proyecto al que te puedes unir, cuyo fin sea facilitar que los niños nazcan. Invirtamos nuestro tiempo primero en intentar cambiar esta situación, en lugar de tener que buscar más tarde una justificación a nuestra indiferencia.

En todo caso, no es solo participando de este tipo de proyectos que se puede ser voz para estos niños. Te invito a que no dejes de denunciarlo en tu día a día. No pierdas la oportunidad de despertar a una persona más de la anestesia general en la cual parece estar sumergida toda la sociedad. El mencionar que el aborto no soluciona ningún problema pero arrebata una vida nunca estará de más. Es como el niño del video que al salir a conocer quiénes pedían ayuda, lleva detrás a su madre sin quererlo. Decirlo con la naturalidad que conlleva el decir las cosas más claras: a los bebés se los cuida, no se los mata. No dejes pasar ninguna oportunidad para acabar con este segundo Holocausto, así como intentamos no perder a ninguno más de estos pequeños.

Este video también puede ser útil para discutir sobre nuestra responsabilidad frente al mal y nuestra conciencia moral, no solo en temas como el aborto, sino de otros males de nuestro tiempo.

Fuente: Catholic link

Cena del Hambre 2017

Este próximo viernes 17 de febrero a las 20:00, estáis todos invitados a participar de la Cena del Hambre en la Parroquia. Habrá momentos de oración y reflexión sobre el hambre en el mundo y qué podemos hacer. También contaremos con testimonios y con distintas dinámicas que hemos preparado con mucho cariño.

¡¡Os esperamos!!

«No se trata sólo de responder a las emergencias inmediatas, sino de afrontar juntos, en todos los ámbitos, un problema que interpela la conciencia personal y social, para lograr una solución justa y duradera»

«El desperdicio de alimentos no es sino uno de los frutos de la ‘cultura del descarte’ que a menudo lleva a sacrificar hombres y mujeres a los ídolos de las ganancias y del consumo. El reto del hambre y de la malnutrición no tiene sólo una dimensión económica o científica, que se refiere a los aspectos cuantitativos y cualitativos de la cadena alimentaria, sino también y sobre todo una dimensión ética y antropológica». Francisco

VIDEO EN VIVO: Reza desde la gruta de la Virgen Lourdes en Francia

Gracias a la tecnología, se puede visitar por video en directo y tiempo real el famoso santuario de la Virgen de Lourdes donde la Virgen María se apareció a la humilde Santa Bernardita Soubirous en 1858.

En Lourdes, la Virgen apareció con un largo rosario blanco y dorado en sus manos y se presentó con estas palabras: «Yo soy la Inmaculada Concepción».

En una de sus apariciones, Nuestra Señora pidió a Bernardita rogar por los pecadores y exclamó: “¡Penitencia, penitencia, penitencia!… ¡Ruega a Dios por los pecadores! ¡Besa la tierra en penitencia por los pecadores!”.

Historia de las apariciones

Era el 11 de febrero de 1858, Bernardita, su hermana y otra niña iban al campo a buscar leña seca, cerca de una gruta. Para llegar ahí tenían que pasar por un arroyo. Bernardita no se atrevía a adentrarse porque el agua estaba muy fría. Se empezó a sacar los zapatos, cuando de pronto escuchó un ruido fuerte proveniente de la gruta.

Se acercó a ver lo que pasaba y ahí en ese lugar sucio y pedregoso se apareció la Virgen envuelta en una luz resplandeciente, con un traje blanco de un tejido desconocido, una cinta azul en la cintura, un largo velo blanco y dos rosas doradas brillantes que le cubrían la parte superior de los pies.

En sus manos, la Virgen tenía un largo rosario blanco y dorado. Entonces juntas empezaron a rezarlo. El domingo 14 de febrero, Bernardita en la gruta reza la primera decena del Rosario y María se aparece. La niña le tira agua bendita para asegurarse que no era una obra del enemigo. La Virgen sonríe, se persigna con el Rosario y lo rezan juntas.

El jueves 18 la Virgen le pide a Bernardita que regrese por quince días seguidos a la gruta. Ante la aceptación y promesa de la pequeña, María le promete hacerla dichosa en el otro mundo. Los rumores de las apariciones se empiezan a esparcir.

El 19 de febrero, Bernardita va con una vela bendecida y encendida. Es así que nace la costumbre de ir con velas para encenderlas ante la gruta. El 20 de febrero la Señora le enseña una oración personal a Bernardita.

El domingo 21, la niña ve que la Virgen estaba triste, le pregunta lo que le pasa y Nuestra Señora le contesta: “Rogad por los pecadores”. Para ese entonces las autoridades amenazaron a Bernardita con llevarla a la cárcel y todos se burlaban de ella.

El 22 la Virgen no se le apareció, pero la niña no perdía la esperanza de volverla a ver. El 23, diez mil personas fueron a ver lo que pasaba. La Virgen se le apareció a Bernardita y le pidió que les diga a los sacerdotes que eleven ahí un santuario, a donde se debe ir en procesión.

La niña va y le comenta al sacerdote, quien a cambio pide el nombre de la Señora y que florezca un rosal silvestre sobre el que se aparecía.

El 24 la pequeña le cuenta todo a la Virgen, quien sólo sonrió. Luego María la mandó a rogar por los pecadores y exclamó: “¡Penitencia, penitencia, penitencia!… ¡Ruega a Dios por los pecadores! ¡Besa la tierra en penitencia por los pecadores!” Bernardita así lo hizo y pedía a los espectadores que hicieran lo mismo.

El 25 de febrero la Virgen le ordena beber, lavarse los pies en la fuente y comer hierba. Bernardita, por indicación de María, escarbó en el fondo de la gruta y empezó a brotar agua.

El 26 se produce el primer milagro. El pobre obrero Bourriete, que tenía el ojo izquierdo mutilado, ora y se frota el ojo con el agua de la fuente. Luego empezó a gritar de alegría y fue recuperando la vista. El 27 la Virgen permanece en silencio, Bernardita bebe del agua del manantial y hace los gestos recurrentes de penitencia.

El 28 Bernardita va a la gruta, pero luego es llevada a casa el juez y amenazada de ir a cárcel. En la noche, Catalina Latapie moja su brazo dislocado y el brazo y la mano recuperan su agilidad, produciéndose un segundo milagro.

El martes 2 de marzo, Bernardita va de nuevo donde el párroco a recordarle el pedido de la Virgen.

El 3 de marzo la pequeña le pregunta de nuevo su nombre y la Virgen sonríe. Ese día, una madre en su desesperación lleva en brazos a su hijo que estaba medio muerto. Lo metió 15 minutos en el agua fría y al llegar a casa notó mejoría en la respiración del niño.

Al día siguiente, el niño estaba lleno de vida y completamente sano. Los médicos certificaron el milagro y lo llamaron de primer orden.

El 4 de marzo, al finalizar los quince días, la visión permanece silenciosa. El 25 de ese mes la Virgen se apareció a Bernardita, levantó los ojos hacia el cielo, juntó en signo de oración las manos que tenía abiertas y tendidas hacia el suelo y le dijo a Bernardita: “Soy la Inmaculada Concepción”.

La pequeña salió corriendo a decirle al párroco, quien se conmueve ante la revelación del nombre ya que cuatro años antes se había proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción.

El 7 de abril, Bernardita en la gruta y en éxtasis pone su mano sobre la llama de la vela encendida que había llevado y no se quema. Después de la aparición, su mano estaba ilesa y fue comprobado por un médico que presenció el hecho.

El 16 de julio se produjo la última aparición. Bernardita  sintió la misteriosa llamada y al llegar a la gruta se dio cuenta que estaba vallada y no se podía pasar. Se dirige entonces al otro lado, enfrente de la gruta, y vio a la Madre de Dios. ”Me pareció que estaba delante de la gruta, a la misma distancia que las otras veces, no veía más que a la Virgen. ¡Jamás la había visto tan bella!”, dijo Santa Bernardita.

Algunos consideran que la aparición de Nuestra Señora de Lourdes es un agradecimiento del cielo por el dogma de la Inmaculada Concepción y es exaltación a las virtudes de pobreza y humildad como la que tenía la pequeña Bernardita.

Asimismo afirman que es un llamado a aceptar la cruz para ser felices en la otra vida, la importancia de la oración, del Santo Rosario y la penitencia con una misericordia infinita por los pecadores y los enfermos.

El agua de la gruta ha sido analizada por químicos, quienes señalaron que es un agua virgen, pura, natural, sin propiedad térmica y en la que ninguna bacteria sobrevive. Para los cristianos esto es símbolo de la Inmaculada Concepción.

Fuente: ACI Prensa

Un cirujano “operó” a un peluche para que su paciente no se sintiera solo

Medicina con corazón

No será la Doctora Juguetes, pero su actitud se asemeja bastante. El cirujano Travis Groth se volvió una celebridad viral luego de que circulara una foto donde aparece “operando” al juguete de un chico de nueve años, que era su paciente, para que no se sintiera solo luego de la intervención quirúrgica a la que fue sometido. Es que Ryan había traído a su muñeco a cada una de las 8 intervenciones quirúrgicas a las que el niño había sido sometido.

Un cirujano “operó” a un peluche para que su paciente no se sintiera solo
Facebook Children’s Hospital of Wisconsin

El curioso hecho ocurrió en Hospital de Niños de Wiscosin, Estados Unidos, donde el doctor Groth trabaja como cirujano. En la foto, que se volvió viral en Facebook, se puede ver al médico “interviniendo” a Mike Wazowski, el juguete preferido del nene.

Cuando Ryan se despertó un poco más tarde, vio a su mejor amigo de todo el mundo sentado en la cama junto a él, vendado al igual que lo era.

La noticia no sorprendió a las autoridades del hospital: los médicos de esa institución tienen instrucciones de hacer todo lo posible para que los menores estén cómodos. Y en este caso, parece que el cirujano cumplió con su cometido. Una enfermera pediátrica de 12 años de antigûedad contó que lo hacen todo el tiempo: “animal de peluche favorito de un niño,manta, juguete o una muñeca puede ser su mejor amigo y una red de seguridad”.

Cuando la empatía se vuelve gesto de cercanía y de ternura.

“Los niños tienen que seguir siendo niños”

Los médicos del Hospital de Niños de Wisconsin entienden que los niños no son simplemente adultos pequeños y merecen ser cuidados adaptando específicamente para las necesidades únicas de un cuerpo pequeño, en crecimiento. Y significa el respeto de su infancia y tratarlos como niños.

Más allá de todos los esfuerzos para hacer que el ambiente sea cuidado, cómodo y lo más suave posible, los hospitales pueden dar miedo. Lo desconocido puede ser aterrador. Los niños son niños y se asustan. Y cuando lo hacen, a menudo se aferran a lo que mejor saben, a lo que siempre les ha traído seguridad – su animal de peluche favorito.

Fuente: Hospital de Wisconsin y Diario de Cuyo

Artículo originalmente publicado por Oleada Joven

Silencio, ¿una película sobre los jesuitas?

Caben muchos acercamientos a la película de Scorsese. Los críticos cinematográficos comparan «Silencio» con el resto de sus películas. Trazan paralelismos, indagan en su biografía y sus raíces católicas. La aplauden o la rechazan. Quizás los historiadores se planteen su grado de exactitud, o los sociólogos extraigan de ella reflexiones sobre el choque de culturas y las relaciones entre Oriente y Occidente. También los creyentes hablan sobre Silencio, y se asoman a las encrucijadas existenciales que plantea.

Porque Silencio no es tan solo un relato sobre la persecución de los cristianos en Japón en el siglo XVI. Es una película sobre la fe, y sobre la libertad religiosa. Sobre el choque que se genera cuando las creencias nacidas en culturas diferentes se encuentran. Sobre las grandes preguntas del ser humano. Sobre nuestra perplejidad y sufrimiento ante el silencio de Dios. ¿Dónde está cuando sus hijos son perseguidos, amenazados, o asesinados? ¿Dónde está cuando mueren en las fronteras o en los mares? ¿Dónde está en la hora de la injusticia, del asesinato, del calvario? Es también una reflexión sobre los límites del testimonio. Y sobre la apostasía. Sobre la fortaleza, y más aún sobre la debilidad. Sobre la responsabilidad que tenemos en lo que les ocurra a otros por nuestras decisiones o nuestras omisiones. Sobre el sentido del martirio. Para todos estos temas, Silencio es una historia que no da respuestas, sino que suscita infinidad de preguntas.399608-944-472

Pues bien, entre tantas capas de una película compleja y ambiciosa, Silencio es también una historia de jesuitas –aunque no solo- que permite intuir algo de ellos.

Silencio es también una historia de jesuitas

La historia de los jesuitas es la historia de hombres consagrados a la misión de compartir el evangelio. Hombres humildes y soberbios (a veces las dos cosas). Con luces y sombras. Con ambigüedades e inconsistencias, pero también con pasión. Con fuego dentro, encendido en la hoguera de los ejercicios espirituales. Un fuego que a veces es llama y otras rescoldo, pero ahí está. Una historia de fe hecha proyecto. Y traducida a diversos idiomas y culturas. Desde los inicios mismos de la orden. Desde que Francisco Javier marchase de Portugal rumbo a las Indias, y después a Japón. Y, como él, otros muchos, primero cientos, luego miles, cruzando fronteras, tratando de llegar hasta los confines del mundo para compartir un mensaje, una mirada a la realidad, y un nombre, el de Jesús, como amigo y maestro.

La historia de los jesuitas es también una historia de fe; de una fe recibida, interiorizada, compartida, peleada en una batalla contra el mundo, contra la duda, contra la propia inseguridad, en escenarios que a veces la alientan, pero otras la intentan apagar. Es, además, una historia de búsqueda, la búsqueda de la voluntad de Dios en diversas circunstancias. ¿Qué ha de hacerse cuando no ves un camino claro? ¿Qué es lo mejor, lo más justo, lo más digno, lo más necesario? ¿Qué quiere Dios, el martirio de Garupe o la rendición de Rodrígues?

4692Silencio es una historia sobre jesuitas, que permite entender mucho de ese espíritu misionero, de esa historia evangelizadora y de las batallas existenciales de hombres que quieren ser héroes pero también se saben con los pies de barro. Pero al mismo tiempo es una historia que los trasciende, o los coloca donde deben estar, en el mismo espacio de tantas personas de todas las épocas que pelean, cada día, por acertar, por encontrar a Dios y por vivir de acuerdo a lo que creen que debe ser el mundo.

Ad Maiorem Dei Gloriam

La Opinión de Juan Orellana

Silencio es la última película de Martin Scorsese, y se enmarca en la persecución de los católicos en el Japón del siglo XVII. Aunque fue concebida hace muchos años, llega a las pantallas en un momento histórico en el que los cristianos vuelven a ser brutalmente perseguidos y a menudo cruelmente asesinados. Sin embargo, esa afortunada coincidencia, que permite poner sobre el tapete de la opinión pública tan sangrante realidad, no estaba en las intenciones originales de Scorsese, que es de sus inquietudes personales de creyente de lo que realmente deseaba hablar.

El cineasta parte de un texto que no es suyo, pero del que se apropia de forma muy personal: la novela histórica Silencio del católico japonés Shusaku Endo, publicada en 1966, sobre los misioneros jesuitas portugueses en el Japón del siglo XVII. La trama principal del guion basado en la novela gira en torno al personaje real de Cristóbal Ferreira –interpretado en el film por Liam Neeson-, un jesuita que apostató públicamente tras sufrir torturas y ver morir a sus compañeros. La novela –y la película- siguen los pasos del padre Rodrigues –Andrew Gardfield-, un joven jesuita que viaja desde Macao a Japón para averiguar qué ha sido de Ferreira, su antiguo maestro, y ayudar a los cristianos perseguidos. Unos cristianos sencillos, muy pobres, desclasados, desprotegidos, y a los que sólo se les pedía un gesto muy sencillo: que pisaran un cuadrito de estaño en el que se representaba a Cristo. Por no hacer eso se les torturaba hasta morir.

Martin Scorsese leyó la novela en 1989 por indicación del arzobispo episcopaliano Paul Moore de Nueva York, y enseguida compró los derechos para adaptarla al cine. Durante veinticinco años esa historia, y sobre todo los problemas morales, antropológicos y teológicos que plantea, han estado madurando en la cabeza del cineasta, para llegar a la forma definitiva que ahora vemos en las pantallas. Scorsese ha querido plasmar en esta adaptación cuestiones que le preocupaban desde joven, cuando ingresó en el seminario menor –donde permaneció un año-, o cuando vio por primera vez Diario de un cura rural de Bresson. Para el director de origen siciliano, según ha declarado a La civiltá Catolica, la gran cuestión de la vida es la Gracia. El hombre es débil, se hace continuamente daño a sí mismo, traiciona… Pero con independencia de la gravedad del pecado, la Gracia sucede; aunque se la rechace, ahí está, sucede. Estas son las convicciones de Scorsese, y por eso su personaje favorito del film es Kichijiro (interpretado por Yôsuke Kubozuka), un hombre que cae en lo más bajo continuamente y que siempre vuelve a implorar el perdón y a recomenzar para caer nuevamente y volver a suplicar misericordia. Por tanto, aunque estamos ante un film de apostasías, de tortura y sufrimiento, Silencio es, paradójicamente, una película de esperanza, en la que la última palabra la tiene el perdón y la Gracia. Son los dos pilares de la obra: la fragilidad humana –tema que trató polémicamente en La última tentación de Cristo- y la Gracia, que siempre está ahí, a pesar de todo, disponible, inagotable –y que según Scorsese es la clave de Toro salvaje-.

Desde un punto de vista formal, Silencio –rodado en Taiwan- es un largometraje “crepuscular”, muy largo (160 minutos), lento, muy contemplativo… incluso lánguido a pesar de lo impactante e hiriente de muchas imágenes. El tono de la puesta en escena refleja la miseria silenciosa a la que eran obligados a vivir tantos japoneses cristianos perseguidos que podían ser asesinados en cualquier momento. En el ámbito de ese estilo está la principal crítica que se puede hacer de este monumental film. Por ejemplo, en el contexto de las muy interesantes conversaciones entre el padre Rodrigues y el inquisidor japonés y su ayudante, que tratan de minar la fe del jesuita por la vía del discurso “racional”, parece que la argumentación del jesuita no está a la altura apologética que se podría esperar, y no trasmite con fuerza la novedad del anuncio cristiano. Esa carencia del brillo de una fe viva es característica de casi todos los cristianos que salen en el film, y que no contagian ninguna alegría o esperanza presente. Más bien parecen tristes resignados con la desgracia que les ha tocado en suerte, y no brilla en ellos el consuelo del Resucitado. Al público le puede sorprender si lo compara con algunos testimonios actuales que nos llegan del mundo árabe, en los que se percibe la fuera espiritual de la fe. En cualquier caso, Andrew Garfield recibió antes del rodaje una preparación del jesuita James Martin, quien le introdujo en los Ejercicios ignacianos, y transmite con fuerza la fuerza espiritual de un personaje en crisis.

Sin duda, estamos ante una película importante, que precisa más de un visionado para comprender con hondura las reflexiones profundas de un cineasta que nunca estaría en las listas convencionales de “directores católicos”, y cuya aproximación a la fe es, sin embargo, cualquier cosa menos superficial.

 Fuente: Jesuitas.es y Pantalla90