BIBLIA

GRUPO DE EVANGELIO – MUJERES

Este ‘grupo de los miércoles’ ha ido creciendo hasta hoy y lo forman unas treinta mujeres mayores, valientes, con una fuerza impresionante, todas ‘mayores de treinta y siete’, con una larga vida a nuestras espaldas, llenas de vivencias fuertes, tanto sociales como familiares, muchas viudas y casi todas con raíces cristianas. Estas raíces son las que, en un clima de amistad, queremos ACTUALIZAR, CRISTIANIZAR, EVANGELIZAR, VIVIR nuestro momento actual buscando al DIOS MISERICORDIA de la buena noticia del Evangelio de Jesús. Esto lo consideramos muy importante ya que, por nuestra edad, hemos conocido más a un Dios de miedo y sometimiento.

¿Cómo lo hacemos?

Además de participar en las numerosas propuestas de la parroquia (eucaristía, oración, charlas…), contamos con una reunión semanal, los miércoles, con mucha asistencia, en las que, bajo la entusiasta dirección de nuestros sacerdotes, estudiamos el evangelio del siguiente domingo que nos impulsa a seguir conociendo más a Jesús.

Para saber más de la Biblia

Estamos tan acostumbrados a ver en la Biblia un libro que se nos olvida que, originalmente, la Biblia era una biblioteca. En su origen la Biblia constaba de 73 «libros» distintos; tan distintos el uno del otro como los libros de cualquier biblioteca. En la Biblia hay libros de historia, de poesía, de cartas, de himnos, de refranes, de sermones, de crónicas; hay el registro civil de todo un pueblo y también el registro de la propiedad de ese pueblo.

Lo que más se parece a lo que es la Biblia es un diario cualquiera en el que hay secciones de sentido tan distinto como las noticias internacionales, los editoriales, los anuncios comerciales, poesías, anuncios de cine o T.V., caricaturas, tiras cómicas, edictos judiciales, etc.

Las noticias internacionales no tienen nunca el mismo sentido que un anuncio de cine o comercial. Exactamente igual, un trozo de carta de Pablo no tiene nunca el mismo sentido que un salmo del Antiguo Testamento; una poesía bíblica, como toda poesía, intenta transmitir un sentimiento y contagiarlo; no tiene nunca el mismo sentido que un mandato urgiendo que algo se haga o deje de hacer.

¿Cómo adentrarse en la Escritura?

Lo primero que uno se debe preguntar al leer un texto bíblico no es qué dice aquí, sino ¿qué quisieron decir, cuál es la situación del autor del trozo que estoy leyendo?. Exactamente lo mismo que cuando leo una fábula de Esopo-autor griego del siglo VI antes de Cristo-no me pongo a fijarme si es una zorra la que habla en la fábula y que las zorras no hablan, sino qué me quiso decir el autor de la fábula con la fábula entera. Así deberé preguntarme: ¿qué quiso decirme el autor del relato? ¿del libro entero? En qué afecta a mi salvación, a mi liberación, aquí, hoy ,en América, lo que dice este libro que leo, este trozo? Y eso porque la Biblia no es para sabérsela, sino para vivirla y en ella se nos revela todo lo que tiene que ver con nuestra salvación, con nuestra liberación.